Y al solcito, bajo los árboles, repasaría algunas notas sobre el origen del lugar…
El 9 de julio de 1879 —en el día del aniversario de la independencia de la Nación Argentina— y durante la segunda campaña al territorio aborigen nominalmente argentino,
autodenominada “Conquista del Desierto” y que fuera comandada por el general Julio A. Roca, el entonces coronel Conrado Villegas fundaría en la isla Pacheco, el «Pueblo de Nicolás Avellaneda», nombre que hacía honor al entonces Presidente de la República. Más tarde mudarían su nombre al de Choele Choel.
Con respecto al significado del nombre Choele Choel, el General Olascoaga le atribuye "espantajos de cáscaras de árbol", señalando que los indios lo atribuían a las cortezas que las crecidas del río dejaban enredadas en los árboles cuando se producían las bajantes.
Rodolfo Casamiquela, por su parte, dice que el problema consiste en determinar si es un vocablo mapuche o tehuelche. Si fuera mapuche podría equivaler a "raza con flor amarilla o amarillenta", mientras que si se tratara de una voz tehuelche significaría "quijarro" o "ripio fino de río".
El asentamiento fue arrasado por una inundación, poco tiempo después de su fundación, y sus habitantes se instalarían en el paraje conocido como Pampa de los Molinos, hasta el 18 de marzo de 1882, fecha en que fue trasladado nuevamente a su actual emplazamiento.
En este nuevo sitio se instalaría una oficina de correos en 1883, y con la llegada de los salecianos en 1891 se fundaría una escuela para infantiles, de dos grados y mixta. Luego se crearía la escuela estatal Nº 10 en 1904, además de la biblioteca popular en 1917, el primer aserradero y el origen del Club Choele Choel.
La región, incluyendo a la isla, es totalmente cosmopolita ya que se ha poblado con razas y etnias de todas partes del mundo. Hay desde refugiados de Laos de la década del 70, hasta ortodoxos rusos.
Ahora si, y porque el movimiento se demuestra andando, nos vamos a pasear por los rincones verdes de esta pequeña pero hermosa localidad…
Y para despedirme de mi querido Rio Negro, o al menos así sería por este recorrido, se me ocurrió capturar mis últimos instantes cerca de su margen, en video.
La semana que viene, arribamos a Bahía Blanca, para descubrir Ingeniero White…
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