Es que Capilla todavía conserva un tamaño muy moderado. A pesar de haber crecido mucho en los últimos años, aún conserva una muy buena comunión con los espacios verdes, y eso se siente paso a paso tanto en sus calles céntricas, como en sus senderos periféricos.
Desde el parquecito que engalana la entrada al pueblo ya Capilla nos dice “Aquí se respira verde”. La céntrica y pulcra plaza San Martín alberga no solo árboles, sino como era de esperar, una concurrida feria de artesanos. Siempre desde el centro, uno de los puntos principales para disfrutar de la naturaleza es el parque de la vieja estación de trenes, incluso por la hermosa vista de los cerros, aunque éstos, acompañen en gran medida casi todas nuestras caminatas, pero desde acá, la vista es muy directa y despejada.
Pueblo encanto es un robo a mano armada para el turista desprevenido. Un espacio tan privado como artificial. Huya de aquí y disfrute del resto.
El pequeño camping municipal ofrece completas instalaciones para quedarse o bien para pasar el dia. Es una muy linda opción para disfrutar de la sombra el agua y el pasto, sin ir demasiado lejos.
Por último, cabe señalar la clásica caminata hasta la base del Uritorco, en donde nuevamente encontramos un lecho de rio para refrescarnos, y cuando no, las infaltables artesanías de Capilla.
Puede hacerse un ascenso al Cerro, pero eso, lo dejé para un próximo viaje, por cuestiones de tiempo. Además… Necesitaba una excusa para volver nuevamente :)
La semana que viene, finalizamos esta visita a Capilla, desde El Zapato y El Dique El Cajón…
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