Esta caminata fue, lejos, la más ecléctica de todas las que hice en Santiago, ya que si bien en las anteriores pude ver diferencias de estilos arquitectónicos, de épocas, y de clases, las progresiones fueron bastante suaves. Por la amplitud de los barrios, los paisajes cambiaban, por tratar de expresarlo de alguna forma, de manera armónica, y en muchos casos, casi sin darnos cuenta.
De hecho, varias de las caminatas que hice se conformaron dentro de un mismo barrio, sin demasiados de estos cambios, pero en el lado norte de la ciudad me esperaba una realidad completamente diferente.
Llegué desde el centro, temprano, ya que la vuelta que había planificado era por demás larga. No les voy a volver a describir el paisaje del centro. Ya lo conocen. En las no tantas cuadras que me separaban del rio, el barrio se hizo mas bajo y añejo, con menos centros comerciales y mas almacenes.
Poco antes de cruzar el Mapocho, llegué a la zona del mercado. Recorrerlo es fantástico. Pueden encontrarse en él todo tipo de productos regionales y comestibles. Claramente es un ineludible para todo visitante de la ciudad.
En la periferia del mercado, las calles se visten de feria. La zona de abasto, muy próxima y ya cruzando el rio, tiene el ritmo marcado por el constante ir y venir de compradores y proveedores de productos comestibles de todo tipo, en su mayoría frescos, aunque también procesados.
Al internarme por el barrio Patronato, y con rumbo este, el arte callejero se hizo presente acompañando casi todas mis vistas. El paisaje acá continúa bajo, y algo derruído, marcando un fortísimo contraste con su vecino inmediato: El barrio Bellavista.
Las modernas líneas de las residencias y centros comerciales, y de sus paseos y circuitos gastronómicos, nada tienen que ver con ninguno de los puntos visitados en el día. Y así, por sus coloridas callecitas, llegaría a la base del cerro San Cristóbal, en donde otra media jornada de caminata y aventuras me esperaba y nuevamente, ante un paisaje diametralmente diferente al vivido esa mañana…
La semana que viene dejamos a un lado el paisaje de cemento, y exploramos los cerros San Cristóbal y Santa Lucía, dos de los mas grandes pulmones de Santiago…
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