Si bien pasado y modernidad se han sabido conjugar en las calles de La Rioja, la ciudad nos muestra un predominio histórico en su conformación edilicia. De naturaleza mayormente baja, esta ciudad con alma de pueblo conserva el perfume característico de los azahares de naranjos que rodean su plaza principal.
Dedicarle tiempo a recorrerla, es un paseo sin dudas recomendable a todo visitante que se acerque.
Con un trazado clásico, en forma de damero, el viaje por sus angostas calles puede comenzar comenzar en la plaza 25 de Mayo, epicentro de la ciudad, donde encontramos a su alrededor, las edificaciones y dependencias más notables de esta capital cuyana:
- La Casa de Gobierno, que fue construida durante la gobernación de Eduardo Fernández Valdez e inaugurada en 1937, es de estilo grecorromano adaptado con zaguán y patios de galerías.
- El Club Social de La Rioja, antiguamente Escuela de Aplicación de varones. En él se realiza todo tipo de exposiciones y su fachada es una silueta clásica de la ciudad. El frente de la construcción conserva su característica galería, que da al frente de la plaza, invita al descanso y predispone para la mesa compartida.
- El Solar Vera Vallejo, construido en 1880, aún conserva el esquema de la casa de patios andaluza que se continuó en el período colonial: Habitaciones en torno a un patio, pero sin las típicas galerías. El local de la esquina fue el lugar donde Rosario Vera Peñaloza, la “Maestra de la Patria”, instaló el primer Jardín de Infantes.
- La Basílica Menor de San Nicolás de Bari, que data de principios del siglo XX. Construida en estilo bizantino, la nave central posee un santuario dedicado a San Nicolás de Bari. En su atrio descansan los restos del congresista de Tucumán don Pedro Ignacio de Castro Barros, quien representó a la provincia cuando se declaró la independencia de Argentina.
Y la ciudad ofrece mucho más: Una gran cantidad de museos y galerías ofrecen en sus rincones, mil tesoros para el ávido buscador que se acerque a recorrerlas. Por eso los invito a partir de ahora, a caminar este fantástico destino, vivo testigo, de nuestras épocas fundacionales.
Y además de acercarnos a caminar sus calles, los invito a ir a Las Padercitas, al vecino Cerro de la Cruz: Desde el morro se practican parapente y aladeltismo, pero además, se puede tener una visión integral de todo el trazado urbano de la capital riojana, como les muestro en el siguiente mini álbum:
La semana que viene volvemos a la ciudad, para dejarnos sorprender entre sus mil detalles…
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