Vamos a desprendernos del frío navideño con una vieja polémica que arrastra la fotografía y divide a la comunidad en dos grupos que defienden su modus operandi a capa y espada. De un lado, con calzón rojo los que piensan y trabajan la fotografía antes de disparar, del otro y con calzón verde los que no despegan el dedo del obturador y casi ni usan el visor, entre tantas tomas algo habrá decente, aunque haya que rezar a los dioses de la estadística y el azar.
Presentados los luchadores, ¿por cuál apostáis vosotros? el combate se presenta reñido y cada uno tiene poderosas armas para decantarlo pero ¿cuál dará el golpe definitivo?
Yo, personalmente, soy de pensar mucho la fotografía, que no implica necesariamente trabajarla y disparar poco, alguna vez, confieso, he disparado ráfagas pero si no veo algo que me llame poderosamente la atención no suelo disparar. Creo que esta manera de hacer las cosas viene un poco dada por el pasado, me explico; Los que empezamos en la fotografía cuando había que dejarse el dinero en carretes de película y en el posterior revelado de las imágenes estábamos acostumbrados a pensar más la fotografía, a no disparar a lo loco porque ello podía suponer perder mucho dinero. Hoy con las cámaras digitales ese problema no existe, es tan fácil como llenar tarjetas de memoria de fotografías y vaciarlas en el ordenador para poder volver a llenarlas, por eso pienso que la primera y gran división de fotógrafos primero se basa en la educación fotográfica y tecnológica.
Pensar y Disparar
El pro más evidente e importante de esta manera de hacer las cosas es que acabarás aprendiendo porque la obligación de pensar la fotografía, de pararte frente a la escena y buscar un ángulo en concreto, la mejor iluminación, descartar imágenes, buscar y acondicionar otras…te lleva, irremediablemente, por el camino de la luz y el conocimiento.
El contra es que acabarás la sesión con un relativamente reducido número de tomas y con la siempre presente posibilidad de que un error en el proceso arruine la fotografía y no tengas otra de respaldo.
Disparar y Pensar
El pro que podría tener esta técnica es que es ciertamente complicado que entre tantas tomas no tengamos una que merezca la pena. Aquí no meto a quienes usan la ráfaga porque puedes para un retrato de grupo preparar la escena y la iluminación cuidadosamente y disparar una ráfaga para evitar esa fotografía en la que alguien sale con los ojos cerrados. En este grupo iría toda esa gente que ve un edificio que le gusta y disparara desde allí, se cruza un gato por detrás, se vuelve y dispara, el que se para en un paseo 50 veces para hacer 200 fotografías.
El contra es que no aprendes nada así porque disparas muchas fotografías sin trabajarlas y luego solo te limitas a desechar unas y aceptar otras en función de la primera impresión, sin profundizar en cada toma y en su realización.
Generalizar no suele ser excesivamente bueno y aquí también podríamos equivocarnos si lo hacemos. Un fotógrafo de deportes en plena pista de baloncesto no se va a poner a preparar una fotografía, tendrá que estar pendiente de la acción y disparar cuando y donde ocurra algo desde el sitio que tiene asignado a pie de pista. Así que, vosotros, fotógrafos generales y aficionados, ¿que regla seguís? ¿disparáis poco o mucho?
Foto: felixlu
Fuente: http://altfoto.com/2011/01/fotograficamente-hablando-disparas-o-fusilas
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