El guitarrista, que tocará en el fmx-Festival de México, también se pronuncia contra la política intervencionista de Estados Unidos.
Se presentará el 26 de marzo en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris, a las 17:00 y 20:30 horas. Foto: Especial
En días recientes, la violencia que se vive México ha tenido preocupantes reacciones por parte de funcionarios estadunidenses. Algunos han llegado al extremo de proponer el envío de tropas para combatir el narcotráfico, y aunque se han retractado, el dedo está puesto sobre la llaga.
¿Qué piensa un músico como Pat Metheny sobre la situación? La pregunta por vía telefónica es precedida de un silencio absoluto, pero luego responde: “Realmente no tengo una opinión sobre lo que Estados Unidos debe hacer, pero hablando en general, creo que Estados Unidos no debería interferir en otros países. No me gusta este lado imperialista de nuestro país; me da tristeza cuando escucho eso porque adoro México”.
No sólo adora las playas, a las que suele acudir en vacaciones, sino que su hija más pequeña se llama Maya. Preocupado, dice: “Supongo que debe haber una manera en la que podamos ayudar, pero honestamente es muy problemático. Cuando tienes una población tan grande como México o como la de Estados Unidos, es realmente difícil saber qué hacer. Supongo que no es una buena respuesta... Pero hablando de manera general no me gusta la idea de que Estados Unidos ande por allí haciendo cosas”.
Metheny es un gran músico, pero también un pensador que reflexiona sobre su especialidad, la sociedad y su problemática. De ello queda evidencia en la charla que sostuvo con un puñado de periodistas sobre su segunda visita a México, donde estará acompañado por el contrabajista Ben Williams y el baterista mexicano Antonio Sánchez.
Dices que no ves mucha originalidad en el jazz actual, ¿a qué lo atribuyes?
Esto se debe a la cultura en la que vivimos. La cultura actual realmente no exige originalidad: observa a tu alrededor. De alguna forma la cultura actual casi se resiste a la originalidad. No sólo en la música, sino casi en general. Hubo un tiempo en que la individualidad era importante, pienso en Paul Klee o Picasso. Ahora todo el mundo se mueve hacia lo homogéneo. Es muy extraño bajar del avión en Polonia y ver las mismas tiendas que encontrarías en Estados Unidos u otros lugares. El mundo se ha convertido en una sola cosa grande. Para mí habría que resistirse a ello, pero hasta el mundo del jazz tiende hacia una especie de centro magnético.
¿Cuál dirías que es el valor de la música en vivo?
No hay nada mejor que eso. Todo mundo está muy preocupado por la industria de la grabación, la piratería y esas cosas —y yo también, hasta cierto grado—, pero para mí todo siempre ha tenido que ver con tocar en vivo. Siempre he visto el hecho de hacer discos como una especie de comerciales para que la gente venga a los conciertos. Para mí la presentación en vivo es el destino: es a lo que conduce todo. Ahí es donde surge la magia. Por eso nos subimos al avión y vamos por todo el mundo, y también por eso la gente compra los boletos, se toma una ducha, se sube al Metro y llega al concierto. Nada sustituye la experiencia de escuchar buenos músicos tocando juntos frente a un público.
Has influido en la decisión de mucha gente para dedicarse a la música, pero ¿quién fue la figura que influyó en tu decisión de abrazar la música?
Bueno, para empezar vengo de una familia muy musical: mis padres no eran músicos profesionales, pero eran muy buenos músicos. Mi abuelo, el padre de mi madre, fue músico profesional toda su vida, y mi hermano mayor, Mike, es un gran trompetista, así que la primera inspiración vino de la familia donde la música era un elemento muy importante de la vida. Pero cuando tenía como 11 años mi hermano llevó un disco de Miles Davis, Four and More... Con frecuencia la gente habla de que el jazz es algo difícil, que tienes que aprender, que es muy desafiante... Esto puede ser verdad para mucha gente, pero no para mí. Cuando Mike me dio ese disco y puse la aguja sobre él —que es lo que se usaba entonces—, literalmente en diez segundos fue mi música favorita y lo ha sido desde entonces. Debo decir que probablemente Miles ha sido mi gran influencia.
¿Qué ha significado la inclusión de Antonio Sánchez en tus proyectos?
Siempre digo de chiste, pero es cierto, que cuando escuché a Antonio por primera vez dije: es el baterista que pensaba que nunca iba a nacer. R ealmente es un músico especial; en mi opinión es el mejor baterista de su generación y realmente uno de los mejores en el mundo del jazz en muchos años. Ha habido grandes músicos mexicanos, pero creo que nadie como Antonio, que musicalmente ha puesto a México en el mapa de una manera muy especial.
Pat Metheny Trio se presentará el 26 de marzo en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris, a las 17:00 y 20:30 horas
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