Hace unos años recuerdo la pérdida “involuntaria” o más bien gracias a la voluntad de otros de uno de los muchos teléfonos que he tenido y que viajaba conmigo en un bolsillo trasero de la mochila. Recuerdo que una vez más me eché las manos a la cabeza por no haber apuntado el IMEI para poder bloquearlo y las llamadas al operador de turno para que bloquearan el número telefónico. También recuerdo el maldecirme por no haber guardado una copia de la agenda telefónica; ya sabeis, esas cosas que ya haremos mañana. Por último fui a la comisaría… por si acaso.
Sin embargo hoy en día nos tenemos que olvidar de que si perdemos, o “nos pierden”, el terminal sea un teléfono lo que desaparece, sino que lo que vamos a echar en falta es un pequeño ordenador de bolsillo con todo lo que esto conlleva. Sí, efectivamente hay muchas ventajas con nuestro Android, por ejemplo que ya nunca vamos a perder nuestra agenda de contactos ya que está sincronizada con los contactos de nuestra cuenta GMail. Ya no habrá que ir avisando como sea a todos tus amigos para que te vuelvan a enviar sus teléfonos ya que tu siguiente Android los importará todos. Pero por otro lado hoy en día no sólo guardamos teléfonos en el terminal, hoy en día, perder un teléfono es perder muchas más cosas y mucha de la información quizás sea más valiosa que el propio aparato.
Hoy en día más que el valor de nuestro teléfono en sí lo que realmente preocupa si lo perdemos es que llevamos media vida en él. Y no me refiero a tus canciones favoritas, que se pueden volver a guardar, ni siquiera a las fotos de tus mejores momentos, que en algunos casos igual podrían ser irrecuperables salvo que hayas hecho copias o estén subidas a las redes sociales. El problema es por ejemplo ese, el acceso a las redes sociales. La mayoría dejamos el teléfono con las contraseñas guardadas como si fuera el ordenador de nuestra casa, para llegar, sentarnos, iniciar el navegador y acceder a nuestras redes, páginas, etc sin tener que registrarnos. Es más, la mayoría de las aplicaciones con acceso a páginas web ya tienen almacenada nuestra contraseña. Pocos quieren cuando van a marcar que se encuentran en un sitio tener que introducir contraseña y demás en Foursquare, lo que queremos es abrir la aplicación y que ya se conecte automáticamente.
Así mismo, pocos queremos que al abrir la aplicación de Twitter, Facebook, Tuenti, etc nos pida la contraseña… y tampoco la aplicación de WordPress desde la que editas los documentos de tu blog. Es decir, cualquiera, mientras no apague el móvil puede acceder a todas nuestras cuentas y realizar lo que quiera.
Muchos dejan incluso memorizada la contraseña que permite acceder a su cuenta bancaria… y está claro que si tu correo electrónicoprincipal es GMail este se encontrará accesible para cualquiera que no encuentre el teléfono bloqueado.
Vamos más allá incluso. Hoy en día los smartphones, esos pequeños ordenadores portátiles, incluyen suites ofimáticas para tratar nuestros documentos tanto en la nube como los descargados a la memoria microSD de nuestro teléfono. Y es que no sólo tenemos sincronizados documentos o notas importantes con Evernote o Springpad, sino que también tenemos abierto el acceso tanto aGoogle Docs como llevamos una cantidad de documentos cada vez más importante en el móvil ya sea de forma directa en la memoria interna o indirecta en la nube. De la misma forma en muchos casos la conexión a nuestra cuenta de Dropbox es tan sencilla como abrir la aplicación. Para poneros un ejemplo, no sería el primer caso en que ante la tesitura de tener que dar el número de cuenta un cliente ha sacado su teléfono ya que lleva en su móvil una imagen de su cartilla escaneada, de su DNI y de documentos de su empresa.
Como siempre, llama la atención la aparición de antivirus que intentan proteger tú móvil de cualquier intromisión externa real o imaginaria pero como en todo, la verdadera protección de tus datos y de tu teléfono comienzan con unos hábitos mínimamente responsables. Siempre podemos recurrir por supuesto a aplicaciones como Wave Secure o Cirrus Manager… para intentar localizar tu móvil o, mucho mejor que eso, directamente recurrir al borrado automático de forma remota. Pero antes de que os tengais que encontrar con la angustia de esa situación al menos no lo pongais fácil. Utilizad el patrón de bloqueo, no lleveis en el móvil documentos realmente importantes si no es absolutamente necesario. Si salís de una aplicación si es posible y no os causa tanta molestia, cerrad sesión, usad algún programa de gestión de contraseñas si no quereis estar recordando todas.
Y sobre todo, aparte de tener una copia de la información que siempre querais volver a ver, no dejeis los teléfonos tan a mano, ser consciente de que hoy ya no llevais un teléfono y sobre todo pensad que con todo lo que llevais dentro ¿cuánto cuesta de verdad vuestro teléfono?.
Si aún así teneis alguna duda os recomiendo que echeis un vistazo a los especiales de seguridad y qué hacer en caso de robo.
Imágenes | AndroidHeadLines.com | AndroidAuthority.com
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