Fotos de La Prensa/ Manuel Esquivel
El tono de su piel le valió su tercer nombre: Ocarina, el que muchos creen que es su apellido. Fue su tío, el escritor Julio Valle Castillo quien al conocerla dijo que tenía “la piel como el barro de la ocarina” (un instrumento musical indígena). Sus padres que ya habían decidido que llevaría sus nombres, María por María Auxiliadora y José por José Manuel, no dudaron en ponerle el nombre sugerido, sin saber que la música que incluían en su nombre la acompañaría siempre. ::: ¿Cuándo comenzás con la música?
Desde pequeña tocaba las cazuelas de la casa. Mi sueño siempre fue estar en una banda musical, tener un redoble, pero mi primer instrumento fue la marimba.
::: ¿Sos autodidacta?
Sí. Con la marimba no hay un manual, no tiene técnicas definidas. Aprendés de oído; con la percusión, pidiendo consejos, viendo y escuchando. Con la batería me ayudaron Javier Ramírez de Contrapeso, Ronald Hernández de Macolla y todos los que han querido compartir sus conocimientos conmigo. Para batería tomé clases formales en Costa Rica en una escuela, pero ahorita lo tengo enstand by .
::: ¿Cuándo se te cumple el sueño de ser baterista?
Yo entré a la universidad con una beca por bailar, en ese tiempo en la UAM estaba empezando el grupo Yaguar y yo me moría por ser parte. Un día les falló un percusionista y me dijeron que si quería ocupar su lugar. En cuanto pude me senté en la batería y no me sacaron de allí (ríe).
::: De niña te daba miedo el público, ¿lo has superado?
No es miedo. Creo que me da un ataque de responsabilidad. Aquí es raro una mujer baterista y siento que eso me hace un foco de atención. No podés limitarte y la música no tiene sexo y es algo demasiado profundo como para encasillarlo en un género y se pierde talento, al no diversificar, cambiar.
::: ¿Los hombres bateristas, tienen recelo con vos ingresando en “su espacio”?
No sé cómo me ven. Nunca se los he preguntado pero me gusta que hay mucha apertura, siempre me incluyen. Mi filosofía es que en la música no debe haber competitividad porque cada alma tiene un sonido distinto, cada ser humano tiene una historia diferente que contar, cada quien tiene su lenguaje en la música. Uno no compite, comparte y al compartir aprendo y me enriquezco y eso le falta a este país; compartir y eso nos haría más grandes.
::: ¿Te graduaste en la universidad o la dejaste por la música?
Sí me gradué (ríe). Soy administradora turística y hotelera, estuve buscando trabajo pero le dije a mi mamá: “Madre te agradezco este machete que un día me va a servir en la vida, pero lo mío es la música”.
::: ¿En tu familia tenés a alguien que siga tus pasos?
No. Tengo una hermana psicóloga y otra veterinaria. La casa de mis papás es una casa en pampa; con animales, instrumentos, trajes folclóricos.
::: ¿Protegés tus oídos?
Sí, me pongo tapones . Con ellos escucho el sonido más compacto, los otros audífonos son más ricos y se oye como en estéreo y me los pongo más. Cuando estoy con mucho estrés se me tapan los oídos, pero el otorrino sabe que cuando llego mareada es porque el laberinto anda mal y es de puro estrés. Son males que tenemos los músicos, somos medio sordos. Yo me protejo lo más que puedo para no quedar cu cu (ríe). Con el cajón y los bongos lo que tengo desbaratada es la espalda.
::: ¿Hace cuánto estás en el grupo La Cegua?
Dos años. Estamos grabando un disco, aunque no hago batería. Estoy a cargo de los coros, la marimba y percusión; también estoy con otro proyecto personal que se llama Rob y la Ocarina que es un proyecto de dos donde nos acompañan otros dos Luis Munguía en el bajo y Kervin Rodríguez en el saxofón, también trabajo con Katia Cardenal y soy parte del proyecto centroamericano La Orquesta de la Papaya.
::: ¿La batería que tocás, es tuya?
Si, esta es la segunda. Las amo, las cuido, las mimo y hasta les pongo nombre.
::: ¿Cómo se llaman?
La anterior se llamaba Estela, era azul y esta se llama Teresita, son niñas (ríe), no le podría poner nombre de hombre. Cuando compré a Estela parecía niña con juguete nuevo, desempacaba, me temblaban las manos. Hasta entonces aprendí cómo afinarlas, qué es un parche, las llaves, los platos, sus numeraciones, estilos; lo más caro son los platos y son cosas que no se saben.
::: Andás en moto.
Sí. Mientras logro reunir para comprar un carro y andar el calachero, porque a la moto pronto le voy a anexar un carretón.
::: ¿Hay más mujeres bateristas?
Hay, claro que hay. Sé de una muchacha en Tipitapa que toca rock pesado y de otra en la Orquesta Nacional. No sé de más, las mujeres en la batería somos raras, pero nos estamos aventando.
Fuente: http://www.laprensa.com.ni/2011/07/31/entrevista/68383
Actualización: En Google Buzz, se armó algo tan lindo, que decidí traerlo acá :)
Cleodomira Naftalina - que linda!17:17
Pytec Antropus - te gano de mano Lenny Kravitz =P17:25
Pytec Antropus - y Alcalina con Belén Agustina Sánchez :P17:27
Belén Agustina Sánchez - que amor!!!!
che pyte como sabias de alcalinaaa
ajksdajsd
w ooaaaaa17:30
che pyte como sabias de alcalinaaa
ajksdajsd
w
Pytec Antropus - la web tiene tus antecedentes delictivos...jajajaa17:32
Isabel Ortiz - buena onda! tiene ritmo la chica! :D17:45
Martin Martines - También podemos citar, si lo las conocen, a: http://www.nouslandi a.com.ar/2011/01/la- baterista-andrea-alv arez-sorprende.html O también a Sheela-E (Hija del gran Pete Escovedo. Les dejo un video de ella en una reunión in-cre-ible... Deléitense! Stanley Clarke Flea Stewart Copeland Sheila E. Jam) o a la gran Juanita Parra, baterista de Los Jaivas, TODOS JUNTOS- LOS JAIVAS, JUANITA PARRA Que está también, mas buena que comer pollo con la mano :PEditar20:30
Martin Martines - Pablo Andrés Maronna Jajajajajajajajaaaaa aaaaa! xD Alto hallazgo! :D
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