Está muy bien ser vegetariano y no querer comer bichos muertos y también está muy bien degustar carne y pescado.
Lo que quizá comience a remover algunas conciencias acerca de la procedencia de los alimentos que nos llevamos a la boca, que casi nunca nos recuerdan su procedencia aninal por la forma y presentación, sea llegar al supermercado y encontrarte en el expositor una pieza tamaño familiar de jamón cocido a la que se le ha dado la forma de un simpático cerdito. Míralo, da pena comérselo… pero ¡qué bueno está!
El procesado industrial de comida tiene estas concesiones a la escultura gastronómica.
Si ya tenemos palitos de merluza rebozada con forma de tiburón y pechugas de pollo con forma de dinosaurio (Kentuky Fried T-Rex) no debería sonar tan estrafalario meter al horno una pieza de carne de cerdo con forma de ese simpático animalito del que lo único que no se aprovecha son los andares.
No olvidéis comprar también unas manzanas para ponérselas al cerdito en la boca. ─[Consumerist]
Fuente: http://www.gizmodo.es/2011/11/10/ya-venden-jamon-cocido-con-forma-de-cerdito.html
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