Desde la más tierna infancia de la historia evolutiva del Hombre, éste ha sentido una especial atracción por el cielo y cierta envidia por todo aquel animal que osaba surcarlo. La imaginación y la tecnología se han dado la mano durante mucho tiempo para acercarnos a las nubes y aunque nuestro diseño genético se ha empeñado en ponérnoslo complicado hemos sido capaces de evolucionar desde el vuelo de Ícaro y hoy el cielo ha sido plenamente conquistado. La fotografía, como no podía ser de otro modo, no permanece ajena a esta vieja aspiración y muchos son los que emplean su tiempo y equipo en inmortalizar el vuelo de pájaros (animales y metálicos). Hoy vamos a dar unas pequeñas pautas a seguir para que la fotografía de aves no se nos atragante.
Lo primero es, obviamente, contar con un equipo adecuado. Si bien cualquier cámara es buena, sería recomendable disponer de un cuerpo que tenga una ráfaga alegre. Sobre el sensor, suelo leer que los fotógrafos de naturaleza prefieren los sensores recortados frente a los de fotograma completo por el mal llamado factor de multiplicación. Un objetivo de 200mm es un objetivo de 200mm montado en una Nikon D700, en una Canon 7D o acoplado a la cámara de mi smartphone. Dicho esto, lo ideal es contar con un buen teleobjetivo que nos permita acercarnos a los pájaros que vuelan en libertad y aunque no es obligatorio un trípode o un monopie nos ayudará a sostener el peso del equipo que se hace muy pesado cuando usamos cámaras grandes y teleobjetivos. En resumen, usaremos:
- Camára con una buena ráfaga
- Teleobjetivo lo más luminoso posible, f2.8 suele ser la norma en los de calidad
- trípode o monopie
Con el equipo en la mochila toca decidir la localización. Para atrevidos y expertos la elección será el campo abierto, la naturaleza en estado puro, el inconveniente es que tendrás que ir a lugares de difícil acceso y puedes volver a casa con las manos vacías. Para noveles lo mejor es acudir a una reserva natural donde los pájaros están en un entorno controlado y aseguras poder fotografiar algo.
Procedimiento
En pos de conseguir el nivel máximo de nitidez de nuestra lente y un enfoque que alcance toda la escena podemos caer en el error de usar aperturas medias o pequeñas. Si usamos aperturas grandes que ronden el f2.8 - f4 vamos a conseguir desenfocar el fondo centrando la atención en el ave y de paso podremos usar velocidades de obturación más rápidas, perfectas para este tipo de fotografía. Un buen momento, en definitiva, para usar el modo de disparo Prioridad a la Apertura.
El enfoque será complicado. Aquí dejaremos que los nuevos sistemas de autoenfoque de nuestras cámaras sigan al pájaro en su vuelo porque la otra opción es enfocar manualmente a un punto y esperar a que el pájaro pase por allí, cosa que obviamente, solo vamos a hacer cuando el ave esté volando en círculos (porque sabemos por donde va a pasar) o cuando acuda a la llamada de su cuidador en una reserva. No olvidad activar el estabilizador de imagen de vuestros teleobjetivos.
La medición es otro punto conflictivo en estas fotografías. Si medimos al cielo mientras vuela nuestra ave obtendremos un maravilloso cielo y un objeto oscuro e irreconocible que más que un pájaro será un OVNI (objeto volante no identificado) así que tendremos que compensar la exposición sobreexponiendo varios pasos o intentar medir en puntual al pájaro, cosa que puede resultar realmente complicada.
En resumidas cuentas:
- No temas subir el ISO
- Activa el estabilizador de imagen
- Dispara en Prioridad a la Apertura
- Usa aperturas grandes y velocidades altas de obturación
- No te fíes de la medición de la cámara, compensa positivamente la toma si es necesario.
Con estas pautas creo que podremos abordar una gratificante tarde fotografiando aves pero sin olvidar que como toda guía que leáis, no es sino un punto de apoyo que podéis usar para impulsaros y a partir del que crear tus propias reglas.
Fotos: VirtualWords | Sooper-Deviant | ghopper99 | 00Tiger00