Pianista y baterista, es uno de esos nombres que disparan asociaciones y convocan personajes que le dieron forma y contenido a la historia del rock argentino. En su último disco, "La cinta robada", cuenta historias marcadas por la nostalgia, en las que se mezclan Eduardo Arolas, Juana de Arco y una Buenos Aires onírica.
¿Qué es La cinta robada? Es un disco instrumental. El tema es la nostalgia.
Dijiste que hay una historia, que hacer este disco fue como escribir.
Sí, hay una historia que no es una historia única, precisa. Por eso la definí como una experiencia literaria-musical. Está dividido en dos partes, como en los viejos discos. En lo que sería el lado A toco seis canciones, dos de ellas de Eduardo Arolas: “El Marne”, sobre la famosa batalla de alemanes y franceses y “Derecho viejo”. También le dediqué dos temas a Juana de Arco y otro a James Bond, además de “Nunca pasé una Navidad en Roma”. Con la música hablo de esos recuerdos y siento que en esta forma de hacer música hay un relato. Siento pasión por la literatura. El lado B es una historia contada en siete temas. Aquí imaginé una ciudad fantástica, un Buenos Aires onírica, a lo David Lynch.
¿Por qué La cinta robada? El nombre salió de la foto de David Lamela, un artista del Di Tella. Entre las fotos que me cedió para la tapa había una de un señor que corre con una cinta cinematográfica como si fuera una película policial.
¿Cómo es derivar del rock al tango y a David Lynch? Mi padre era músico. Él tocó con Osvaldo Fresedo y en mi casa se oía tango, así que para mí es natural. Además, siempre tuve la inquietud de encontrar un lenguaje original de Buenos Aires, del Río de La Plata. David Lynch es un cineasta de vuelo onírico, poético: la cinta de la foto es la cinta de una película.
Leí que dijiste que el rock revolucionario de los 60 ya fue. ¿Qué pasa con el rock de hoy? Creo que aquel espíritu, John Lennon, aquellos beatles, todo eso terminó en los 90, después del punk. Eso que llamamos rock, el ‘68, Francia y “la imaginación al poder”, ya no está. Ahora, lo que continúa es una música tribal, ligada a la música electrónica que reúne multitudes y que tiene otro temperamento. Empieza a vislumbrarse algo nuevo. Pensemos que los Beatles ya fusionaban; lo hicieron con la música hindú. Ahí se plantaron los cimientos. Ahora está la world music, la música del mundo, la fusión con las tendencias, el folclore. Creo que de esa manera, ahora se pone en vigencia el pensamiento de los 60. La semilla está germinando ahora.
Con el mundo global.
Inevitablemente. Esto es lo que sucede hoy. Aquella música había surgido tras la Segunda Guerra Mundial, como un sueño, para que no haya más guerras. Hace muy poco, Bush le hablaba al mundo de una “guerra contra el mal”. Ese era un discurso religioso, que apelaba a las pulsiones. Ante esa clase de acontecimientos la música adopta formas y germinan las cosas que vienen de antes.
¿En nombre de la fusión, de la experimentación, no se hacen cosas un poco forzadas? Es posible, en algunos casos. Pero eso no sólo pasa con la música. Estamos viviendo una etapa en la que todo empieza a fusionarse, es inevitable, todo al rojo vivo, todos en red. Las culturas antes distantes y remotas ahora están en una etapa de mezcla en un plano absolutamente positivo siempre teniendo en claro que cada lugar es único en el mundo. Pero creo que ahora empezamos a transitar las aldeas de todos. La fusión tiene que ver con eso. Cuando me pongo optimista pienso en la Tierra, en la especie humana y creo que algo interesante bueno tiene que pasarle al hombre con todo esto.
Hablaste del discurso religioso de Bush. ¿Sos religioso? Creo que creo en Dios. No sé, soy agnóstico, pero siento que sería demasiado desolado pensar que esta existencia es para nada. Alguna función tiene que haber. Existir, me parece, debe tener alguna relación con algo que nos trascendiente.
Se dice que la música es un puente que transporta, que conecta con una dimensión “trascendente”.
Es que el gran hallazgo del hombre es la poesía. Creo que eso está en la música, en la pintura. Cuando está el concepto poético está el hombre conectándose con el más allá. Es descubrir que somos uno de los granitos de arena que forman el desierto.
Fuente: http://www.larazon.com.ar/show/fusion-musica-reflejo-mundo-global_0_204600038.html
Algunas piezas de éste artista, realmente, deliciosas: