Se cumplen 10 años desde que Gustavo Meli se consagrara como mejor baterista no descubierto, lo que le dio reconocimiento sin límites año tras año.
Hace una década, el mendocino Gustavo Meli se consagraba en Estados Unidos como el mejor baterista no descubierto del mundo. La noticia, sin precedentes, fue furor en el país y en la provincia durante meses, pero al tiempo Gustavo volvió a ser visto como uno más. En el resto del mundo la cosa fue distinta, ya que en los últimos 10 años Meli gozó de un reconocimiento incomparable con cualquier baterista argentino o sudamericano.
“Me sacaron de Mendoza y me pusieron en la luna, y de ahí me llamaron de todo el mundo. Toqué en festivales que son como Grand Slams de la batería mundial”, recuerda Meli hoy, a una década de alcanzar la más alta cima del prestigio como instrumentista.
Este aniversario especial motivó a este músico y jurado de los Premios Escenario a desempolvar su archivo personal y mostrar algo de lo que ha hecho en estos 10 años. Su más reciente orgullo fue la gran entrevista que dio a la revista Bateristas, que llega a toda la Argentina, festejando esta fecha. “Que me den ese lugar, estando en Mendoza, por más condiciones que tenga o por más bueno que haya sido lo que hice, es rarísimo. Tiene que haber sido muy fuerte”, asegura.
“Lo que pasó en estos 10 años, literalmente, es que viajé por todo el mundo representando a la Argentina en los festivales de batería más importantes del mundo, con críticas impresionantes y entre tipos que son referentes mundiales del instrumento. Fue tremendo”, expresa Meli, a quien se le reconoce la musicalidad y la personalidad de su interpretación, además de su dominio técnico.
Muchas de esas participaciones se desconocen en Argentina, pero allí se reúnen los mejores bateristas del mundo y Gustavo es considerado uno más de ellos, con el mismo nivel de reconocimiento. “No se pierdan la mayor exportación baterística de Argentina: Gustavo Meli”, dicen en Australia y comentarios similares se pueden leer en revistas de Alemania, Estados Unidos, Brasil o Taiwán, por nombrar algunas.
“Ganar el Modern Drummer, que es como Wimbledon, me demostró que el talento no reconoce fronteras. Es el evento de batería más importante del mundo, como si fueran los Oscar. Han pasado 10 años y de Argentina no ha vuelto a tocar nadie ahí, y de Latinoamérica casi ninguno”, dice Gustavo con orgullo.
Con su estilo único, sonoridad, versatilidad y virtuosismo, Meli fue el primer latinoamericano que tocó en ese festival y, como si fuera poco, lo ganó. El segundo fue Elóy Casagrande, en 2005, un joven brasileño cuyo profesor fue… adivinen: sí, Gustavo Meli.
Además de ser músico de distintas bandas y docente, es un artista de la batería en sí y ese reflejo tomó relevancia en las primeras planas del nivel internacional. “Sigo con la actividad de músico profesional en bandas de Mendoza porque vivo acá y quiero seguir viviendo acá”, afirma.
“Es increíble que en revistas de Alemania me den el mismo lugar, sin ningún tipo de diferencia, que a tipos como el batero de Prince o Megadeth. El reconocimiento que tengo en el mundo, por más que en Argentina me aprecien, es infinitamente superior. Nadie sabe lo duro que es mantener este nivel viviendo en Argentina y en Mendoza”, confiesa este gran batero cuya búsqueda siempre fue la innovación y romper barreras con el respaldo de la exploración y la investigación.
“Ahora toco de forma más madura, no creo que haga las locuras que hacía hace 10 años. Los tiempos son más exigentes, pero siempre he dado mi vida por el instrumento. En 2005 me perdí el nacimiento de mi hijo porque estaba tocando la batería en otra parte del mundo. Un nivel de sacrificio que supera el 100%, y hoy, con 38 años, es difícil tocar seis horas por día, pero eso no quiere decir que no se pueda estar a la altura de lo que pide la escena argentina. Hay mucho talento en el país, tal vez lo que falta es el compromiso, yo dejé todo por la batería. Tiene que ver con la gloria, con dar todo por lo que querés. Van a pasar muchos años hasta que algo así vuelva a pasar. Es difícil conseguir eso desde acá”, cerró.
Fuente: http://www.diariouno.com.ar/edimpresa/2011/04/09/nota269667.html