El jazzista cuyo disco Fee-fi-fo-fum fue elegido el mejor de 2006, estudia hoy en la Western Michigan University. Este jueves inicia una pequeña temporada de música en vivo junto a su nuevo quinteto.
Batería trabajadora. Nelson Oliva ha sido músico de la escena moderna del jazz chileno, como líder y activo sideman, y también ha tocado con los músicos tradicionalistas de la famosa Retaguardia Jazz Band.
Foto: Melissa Morano
SANTIAGO.- Tras dos años en Estados Unidos, el baterista nacido en Concepción Nelson Oliva regresó temporalmente a Chile para iniciar una pequeña temporada de conciertos en escenarios del circuito capitalino como líder de un nuevo quinteto, armado a la medida.
Oliva se presentará por primera vez este jueves en el concurrido espacio del Patio Bellavista conocido como Bistrot Jazz Club (Constitución 40, 21:30 horas). Sus siguientes conciertos serán el 12 y el 19 de agosto en el club Thelonious (Bombero Núñez 336, 23:00 horas).
La banda está formada por el trompetista estadounidense Derek Bittner, y los chilenos Claudio Rubio (saxo tenor), Tomás Krumm (piano) y Milton Russell (contrabajo). Esta formación de quinteto con trompeta y tenor es muy representativa de una corriente que tomó gran posición en los años ’50 y ’60, tras la muerte de Charlie Parker, y que se conoció como hard bop.
Precisamente sobre este subestilo jazzístico, Nelson Oliva se hará parte, toda vez que sus tres conciertos están presentados como un homenaje al eminente baterista Art Blakey y sus Jazz Messengers, agrupación que dictó cátedra mundial de hard bop en esas décadas.
Maestros del ritmo
“Yo pertenezco a la generación de los años ’90, y en esa época no había mucha información. No había internet y el aprendizaje era por libros. Cuando me fui a estudiar a la Western Michigan University, nunca había transcrito un solo. Allá lo hice muchísimo y así fue que estudié más de cerca a mis bateristas referenciales, que son los clásicos: Max Roach, Pilly Joe Jones, Elvin Jones y por supuesto Art Blakey”, cuenta Oliva.
Oliva vive hoy en Kalamazoo, una ciudad de cien mil personas cerca de Detroit. De ellos 25 mil son estudiantes. “Después de estos años de trabajo en Estados Unidos aprendí a vivir la música de otra forma. Su historia está en todas partes, los gringos la tienen en su vida diaria. Yo diría que el jazz hoy no es una música negra sino mulata porque las mezclas son muy abiertas. El estudio y la vida allá me permitieron superarme de manera notoria. Estoy tocando con mucha más confianza. A esos ídolos clásicos de la batería le sumo ahora a algunos más actuales, como Jeff Tain Watts, Raplh Peterson, Bill Stewart y Lewis Nash. He estado en dos residencias con Billy Hart (baterista de Herbie Hancock), aquí en Michigan, porque fue la primera universidad donde dio clases”, dice el chileno, quien luego de estos estudios se trasladará a la megápolis de Chicago para abrirse espacios por un lapso de dos años más.