Cuando compramos un ordenador para editar nuestras fotografías siempre buscamos que tenga el mejor procesador, que rebose de memoria RAM, que tenga todo tipo de entradas…y luego si viene con un monitor gratis damos las gracias al vendedor y no nos creemos nuestra suerte. Encima tiene tantas pulgadas…
Pues me atrevo a decir que estamos equivocados. No podemos conformarnos con cualquier monitor. De nada sirve tener la mejor cámara del mundo, si nuestro monitor no está a la altura de las circunstancias. Es igual de importante que las ópticas que acoplamos a la cámara. Siempre digo que es mejor gastarse menos en una cámara e invertir en los mejores objetivos y buscar el mejor monitor que nos podamos permitir.
Un buen monitor nos va a dejar ver los colores tal como son y cuando imprimamos las fotografías vamos a obtener el resultado esperado, siempre y cuando lo hayamos calibrado y tengamos activa lagestión del color. ¿Pero cómo podemos saber si un monitor es adecuado para nosotros, amantes de la imagen? Por una serie de características que vamos a desgranar a continuación:
- Una pantalla LCD, un panel, tiene una serie de puntos que forman la imagen. Ese conjunto de puntos son los píxeles. Cada píxel está formado por tres subpíxeles. De color rojo, azul y verde, el popular RGB. Según formen los colores, seran de un tipo u otro. Los tres más populares son:
- TN (Twisted Nematic) es un panel rápido, ligero y muy barato, donde los subpíxeles giran para dejar pasar más o menos luz de la fuente de emisión. El problema es que dan un brillo excesivo y son muy difíciles de calibrar por su pobre ángulo de visión.
- VA (Vertically Aligned) sob paneles bastante mejores que los anteriores pero sus definición deja bastante que desear. Los subpíxeles se abren y cierran como una claqueta.
- IPS (In Plane Switching) son los mejores paneles del mercado. Destacan en todo, salvo en el contraste, que es un poco reducido (es difícil conseguir un negro total con esta tecnología). Los subpíxeles se extienden o encogen para formar los colores. Es el tipo de panel que tienen los buenos monitores.
- Los monitores profesionales deben tener varias conexiones, sobre todo digitales, para que la señal sea lo más precisa posible. Entre todas destacan las Display Port, que Apple llamaThunderbolt. Las salidas analógicas, tipo VGA, deberían haber desaparecido hace tiempo, pero siguen siendo el estándar para conectar proyectores, por ejemplo.
- Además del tipo de panel, uno de los componentes que hace que un monitor sirva para la fotografía es su electrónica, la placa que permite controlar aspectos tan importantes para una buena calibración como:
- El ajuste de la curva Gamma (que permite ver el color correctamente, sin dominantes).
- Tener un nivel de negro adecuado y un buen contraste (la asignatura pendiente de todos los monitores planos)
- Una gama de color lo más amplia posible, como puede ser el espacio de color Adobe RGB 1998.
- Una buena electrónica puede procesar una señal de 10 bits, o lo que es lo mismo, poder visualizar 1024 tonos por canal, en vez de los 256 tonos que tienen los monitores más básicos. La diferencia es abismal.
- Un buen monitor debe tener un ángulo de visión que no varié ni cambie los colores ni en horizontal ni en vertical. Si estáis leyendo este artículo con un portátil mover la cabeza de izquierda a derecha o la pantalla abrirla y cerrarla y veréis por qué los portátiles no sirven para trabajar con fotografías.
- La uniformidad de Brillo y Color es otro aspecto a tener en cuenta. En los monitores que compramos en los grandes almacenes o que nos regalan junto al ordenador, la diferencia entre el centro y las esquinas pueden tener una diferencia de varios puntos de luminosidad. Los monitores profesionales cuentan con un ecualizador de señal que asegura el mismo valor en el centro que en las esquinas.
Fuente: http://altfoto.com/2012/10/los-monitores-para-fotografia
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