El título es polémico, pero os aseguro que no está lejos de la realidad. Y no me refiero a la tortura a la que algunos someten a las pobres fotografías, quitando ombligos, arrugas en exceso o cambiando el color de los uniformes. Estoy hablando de lo que sufre la fotografía a nivel píxel. Algo que no vemos pero que repercute en el resultado final.
Cuando abrimos una fotografía en nuestro programa de edición favorito, muchas veces nos olvidamos de algo importante: están hechas de píxeles (picture element), la unidad mínima de la fotografía digital. Pues bien, cuando ampliamos el archivo hasta su nivel, algo que muy pocas veces hacemos, veremos cómo pueden llegar a romperse, o mejor dicho, alterarse hasta límites insospechados. Y eso afecta, y mucho, a la calidad final.
Un profesor que tuve, maestro digital como pocos, dijo una vez que lo mejor que podemos hacer para estropear una fotografía es pasarla por Ps, o cualquier otro programa de edición. Es un comentario un poco tremendista, pero desde luego no está desencaminado.
En mis clases insisto mucho en que la mejor manera de conseguir una buena fotografía es hacer un buen disparo. ¿Y qué podemos entender por un buen disparo? Aquel que está perfectamente compuesto, sin espacios de más, con una buena exposición y un correcto equilibrio de blancos. Una fotografía donde la luz ilumina justo lo que queremos y los elementos que la conforman están en el sitio que nos gusta. Y eso es algo que evitará toquetear mucho el archivo, algo inevitable por otra parte.
Cualquier cambio que hagamos durante el revelado nos hará perder la calidad original, aunque hayamos disparado en RAW, o mejor dicho, si sobre todo hemos disparado en el formato crudo. Lo único que pasa es que no queda más remedio. Un RAW tiene que ser interpretado para que lo podamos ver, por lo que su plenitud se ve castigada desde el momento que lo procesamos. Brilla a su máxima intensidad para reducirse a un nivel en el que todavía sobrepasará a todos los demás formatos. Ps supone su ingreso en un geriátrico por pérdida de facultades, pero todavía conserva ese brillo en los ojos y esa vitalidad y memoria que le hace destacar.
Pero dejémonos de cháchara y veamos los destrozos que hace Ps en un archivo. No vamos a mostrar todos los procesos, pues algunos no lo podrían aguantar y se desmayarían. Esto que vamos a mostrar es para mayores de edad y gente que no tenga sentimientos destructivos hacia la fotografía digital.
Corrección del horizonte
Hemos ido a fotografiar una puesta de sol, por ejemplo, y maravillados ante el juego de colores y el momento único que estamos viviendo, se nos olvida sacar la cámara. En el último momento del crepúsculo hacemos la foto, sin trípode y sin cuidado y el horizonte, como no podría ser de otra manera, se cae.Pensamos que no pasa nada, que Ps todo lo soluciona, incluso nuestros descuidos. Y es cierto, pero todo error tiene un precio, como podemos ver en los siguientes ejemplos ampliados a tamaño píxel. Los ejemplos, para que se vea claro lo que estamos diciendo, es una imagen psd de cuatro colores bien alineados.
Veamos ahora que es lo que pasa cuando rotamos un 10%, si no os fiais podéis ir a Imagen>Rotación de imagen>Arbitraria y escoger cualquier grado de inclinación con cualquier imagen personal.
¿Veis a lo que me refiero? Donde debería haber sólo cuatro colores vemos que se han creado nuevos tonos que nada tiene que ver con la realidad inicial. Esta fotografía ya tiene colores contaminados que iremos arrastrando hasta el final del revelado y que nunca podremos solucionar.
La interpolación
Otro caso en el que se ve que nuestro programa de edición favorito (y cualquier otro) es un claro delincuente es cuando hacemos una interpolación, tanto positiva como negativa. El cambio de tamaño supone inventarse la información. Por eso, si no estamos de acuerdo con el tamaño de impresión de nuestras imágenes y queremos cambiarlo, recomiendo que veáis antes lo que pasa. Partiremos de la misma fotografía que hemos utilizado antes. El resultado es de nuevo, parecido al anterior. Antes había cuatro colores muy diferenciados, pero ahora podemos ver hasta nueve distintos. Imaginaos lo que puede suceder en una fotografía en la que haya mucha más información de color.Esto no es discurso contra la fotografía digital, ni muchos menos. Ni tampoco estoy recomendando no usar este programa. Simplemente quiero señalar que nada es gratuito y que cualquier cosa que hagamos mal, tiene sus consecuencias directas sobre la imagen.
Si queremos conseguir resultados profesionales, es decir, buenos, tenemos que vigilar todos nuestros pasos para que esa fotografía que tanto nos ha costado obtener, sufra lo menos posible en manos de unos programas tan despiadados como los editores de imágenes.
Fuente: http://altfoto.com/2012/12/photoshop-asesino-de-pixeles
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