Utilizar bien el flash (III)
El momento más emocionante del uso del flash es cuando rompemos las ataduras de un sistema automático y empezamos a pensar por nosotros mismos gracias al uso del modo manual. Tomamos el control y no dejamos que un avanzado chip piense por nosotros. Es la única manera de aprender.
En este momento es cuando el flash empieza a ser interesante y a iluminar como hemos imaginado alguna vez, sin esas sombras duras y esos fogonazos que delatan su presencia. Lo primero es separarlo de la cámara de cualquiera de las maneras que existen en el mercado. La más sencilla y económica es a través de un
cable PC sync(evidentemente es necesario que tanto la cámara como el flash dispongan de esta conexión). Podemos comprarnos una zapata con la conexión, o un flash que funcione por simpatía (sensor que activa el flash cuando detecta otro); o gastarse (
mucho) dinero en emisores y receptores. Pero si queremos podemos acudir a distintas páginas de
Hong Kong o
españolas y comprar unos emisores/receptores buenos, bonitos y baratos.
Un buen flash es aquel que te permite regular su potencia. Puedes bajarlo a la mitad, a un cuarto…
Cuando queramos hacer una foto, medimos la luz ambiente, colocamos la velocidad de sincronización más alta siempre que sea posible y regulamos el diafragma. A continuación vamos disparando el flash hasta conseguir la iluminación que queramos. En principio actuando así, y acordándose de situar el flash en una buena posición, las fotografías nos irán saliendo rodadas.
También sería interesante comprarse un paraguas reflector, o una ventana de luz o una tapa traslúcida o incluso una sencilla bolsa blanca de supermercado… Si no sabemos de que va esto, podemos adentrarnos en la filosofía
strobist que invade la red, que no ha inventado nada pero que ha demostrado que la fotografía con flash es posible sin gastarse mucho dinero. Con un sencillo flash de segunda mano (gracias a la filosofía de moda en iluminación ahora están mucho más caros) podemos hacer cosas como la iluminación cruzada que consiste en situar el flash en una posición distinta a la del sol, buscando un efecto más llamativo de lo habitual y aligerar las sombras duras que se puedan generar.
Vamos a la teoría y a las fórmulas, unos pocos números y ya podremos empezar a disparar con resultados profesionales.
El flash es una fuente de luz direccional que pierde su fuerza según la manida ley inversa del cuadrado, según la cual la intensidad de la luz disminuye con el cuadrado de la distancia. A medida que el fogonazo se aleja de la fuente va aumentando la superficie de manera esférica. Ilumina más pero con menos intensidad, además de una manera muy curiosa:
- Al pasar de situar el flash de un metro a dos del objetivo perdemos dos pasos de luz, y eso es lo que provoca esas sombras tan duras que tan poco nos gustan.
- Por este motivo, el secreto para evitar esas transiciones tan duras e iluminar todo correctamente es alejar el flash del sujeto.
- A más metros del flash hay menos luz, pero más repartida. Si a esto le sumamos que le podemos acoplar un reflector que genera un mayor tamaño aparente, y por lo tanto menos zona de transición de sombra, ya podemos hablar de un control total de la luz.
Respecto al tema de colocar bien la luz depende mucho de los gustos de cada uno y sobre todo del objeto a iluminar. Podemos empezar a hablar, según se ve en el libro de
Fil Hunter “La iluminación en la fotografía”, de la familia de ángulos según el objeto de luz difusa o reflejada, pero esa es otra historia.
Para tener todo el control a la hora de fotografiar con el flash debemos tener en cuenta los siguientes principios:
- Antes de disparar debemos medir la luz tanto en el sujeto principal como en el fondo. Sin tener esta precaución, es muy probable que no consigamos el efecto que estamos buscando.
- Hay que tener en cuenta la siguiente máxima: La luz ambiente sólo se ve afectada por la velocidad de obturación. La luz del flash sólo se controla a través del diafragma.
- Teniendo en cuenta lo dicho en el punto anterior podemos conseguir todo tipo de efectos con un solo flash, y algunos complementos como paraguas, cartulinas blancas y negras y todo lo que te pida la imaginación.
Una vez situados todos los elementos, empezamos a disparar. La primera fotografía que hagamos será el boceto para saber cómo obtener lo que queremos.
Si el fondo lo queremos más oscuro, podemos:
- Alejar el flash del fondo.
- Si tenemos sitio en el estudio, alejamos todo el conjunto (flash, modelo y cámara) del fondo y conseguiremos un fondo negro.
Si el fondo lo queremos más claro:
- Acercar el flash al fondo.
- Acercamos todos los elementos al fondo.
- Separar el flash del fondo y acercar el sujeto.
Fuente:
http://altfoto.com/2012/07/utilizar-bien-el-flash-iii
Utilizar bien el flash (IV)
Ya hemos visto en los
anteriores artículos sobre el tema las características del flash, las partes que tiene y los modos de trabajo. En el artículo de hoy profundizaremos en los aspectos más prácticos.
Para llegar a comprender todas las cosas que podemos hacer con nuestra luz portátil, viene bien tener en cuenta las siguientes cosas:
- El flash montado sobre el objetivo, o el que incorpora la propia cámara, da una luz plana y sin volumen si actúa como luz principal, salvo honrosas excepciones como Guy Bourdin o Miguel Oriola (y otras menos honrosas como Terry Richardson). El mejor uso que le podemos dar a un flash frontal es de luz de relleno a las 12 del mediodía.
- El flash que incorporan las cámaras no iluminan ni una catedral por la noche ni un estadio de fútbol. La mayoría de los disparos que se ven en los campos deportivos conseguirán exponer correctamente la melena o la calva del que esté delante con un fondo negro. Su escasa potencia sólo se puede compensar subiendo el ISO de la cámara.
- Desgraciadamente, un flash tipo “cobra” no suplirá nunca a un buen flash de estudio de 400w con un generador para trabajar en exteriores. Pero la mayoría de los mortales estaremos servidos con él. Y para fotografiar objetos de pequeño tamaño, sobran.
- Un emisor-receptor es el mejor compañero de un fotógrafo con flash. Pero no tiene sentido comprárselos sin mirar un soporte para el flash que nos permita colocarlo donde queramos. Un pie de estudio ligero es fundamental para estos menesteres, acompañado de una rótula para sujetarlo. Además si compramos un paraguas para aumentar el tamaño relativo del haz de luz, tendremos un buen equipo para trabajar. Algunos prefieren llevarlo en la manoy dejarse de complicaciones. Desde luego, lo más práctico es poner el flash en modo Manual.
- Una ley que debemos memorizar y que repetiremos como una coletilla cada vez que cojamos un flash: la luz del flash se controla con el diafragma y la luz ambiental con la obturación. Es decir, si hacemos una foto y el sujeto principal se ha quemado, lo que tenemos que hacer es cerrar el diafragma (de f5.6 a f8, por ejemplo), nunca modificar la velocidad de obturación, pues no solucionará el problema.
- Tenemos que dominar todos los secretos con un solo flash. Cuando consigamos resultados sin pensar, empezaremos a trabajar con dos flashes. Si alguien os recomienda trabajar de entrada con muchos flashes, seguro que te los quiere vender o es mala persona o ha escrito un libro sobre el tema (he exagerado, pero para entenderlo mejor).
- El modo Automático ha desaparecido en las últimas unidades de Canon. Se diferencia del TTL en que el sensor de medición está en el flash y no en el interior de la cámara. Durante mucho tiempo fue el favorito de losfotógrafos de la BBC (bodas, bautizos y comuniones).
Hoy en día, como todos somos fotógrafos digitales, podemos practicar sin miedo a gastar mucho dinero. Recordad una cosa,
se practica en casa, no durante un viaje con la familia o con los amigos. Las prácticas se llevan hechas. Nadie tiene que sufrir que no sabemos hacer bien una foto. Por eso, os propongo unos ejercicios para hacer con una cámara réflex y el flash en modo manual a un modelo estático, como un peluche:
- Con un sujeto fijo y con la cámara fija en el trípode movemos el flash alrededor del sujeto para ver los distintos efectos de la luz.
- Con el flash y la cámara en manual colocamos un objeto a dos metros de un pared e intentamos iluminarlo correctamente con la velocidad de sincronización más alta que tenga la cámara.
- Dejamos la cámara y el sujeto en un punto fijo y hacemos dos fotos. Una con el flash cerca y otra con el flash lejano. Apuntaremos las diferencias. Por supuesto, cuando situemos el flash lejos tendremos que abrir el diafragma. Trabajaremos con la máxima velocidad de sincronización posible de nuestra cámara.
- Ponemos el flash de cara a la pared y no cambiamos nada, salvo el tamaño aparente de la iluminación, con la ayuda del zoom del flash, con difusores o con lo que tengamos a mano. Notaremos las diferencias.
- En una sala iluminada por luz natural, colocamos un objeto en medio de la misma e intentamos tener perfectamente iluminados tanto el objeto como la sala jugando con la obturación y el diafragma.
- Modificamos el nivel de luz ambiental pero no la luz del flash.
- Cambiamos el nivel de la luz del flash pero no la luz ambiental. Cerramos el diafragma y abrimos la obturación.
- Hacemos una foto con el fondo completamente negro iluminando con el flash:
- La velocidad de obturación debe ser igual a la velocidad máxima de sincronización. Normalmente es 1/250.
- Comenzamos con una abertura de f/5,6, fotografiando el fondo, sin el sujeto y ve cerrando el diafragma hasta que la fotografía resultante sea completamente negra. Lo que tienes que buscar es una toma completamente subexpuesta, sin ningún tipo de información.
- Colocamos el flash, alguna superficie o paraguas reflectante y jugamos con su potencia hasta conseguir el objetivo.
Fuente:
http://altfoto.com/2012/07/utilizar-bien-el-flash-iv