Miércoles 06/06/12. 21Hs. En el Teatro Gran Rex de Buenos Aires se respira “la” expectativa jazzera de la década. Es que Chick Corea no nos visitaba desde hacía unos 17 años si la memoria no me falla. Y para rematar la sorpresa, ésta vez lo haría con Stanley Clarke y Lenny White, es decir, el 75% de nada más y nada menos que Return To Forever, una banda fundadora dentro del Jazz Fusión en los ‘70.
¿Que harían sin Al DiMeola? (Su guitarista mas clásico, con el cual el cuarteto estaba completo y desataba toda su furia eléctrica y virtuosismo en los contrapuntos y mezcla de estilos). Algo se pudo intuir desde el disco en vivo que acababa de salir, Forever, en donde la banda, con ésta formación, atacaba sus creaciones mas clásicas desde el formato acústico…
Luego del ingreso a la sala, casi no quedaba ninguna duda de lo que se venía: Un piano de cola, acompañado por un contrabajo, y una batería sin mampara, anunciaba una noche desenchufada e íntima.
El público, se dividió mayoritariamente entre la franja de al rededor de los que pisaban los 50, los viejos fans de la banda, y los de al rededor de los 25, que recién daban sus primeros pasos en una vida acompañada por estos monstruos.
Acomodados ya, se bajan un poco las luces, pero quedan encendidas. Digamos que sólo bajaron para pedir atención.
Y que momento cuando estos músicos salieron a las tablas, mostrando impecables sus, en promedio, 65 años… Personalmente fué increíble el hecho de, al fin, ver a los creadores de uno de los géneros que más me gustan, finalmente cerca y con posibilidades de escuchar de sus mismas manos, algunos trazos aunque mas no sea, de sus períodos mas clásicos.
La banda repasó toda su carrera, de punta a punta, sin saltear ningún clásico. Fué un excelente grandes éxitos en orden cronológico, en donde no faltaron versiones y nuevos arreglos de cada uno de los clásicos que podían interpretar en este formato.
Poco se puede agregar del virtuosismo que despliegan estos músicos, de los increíbles y malabáricos solos, y del diálogo que lograron tras unos 30 años de tocar juntos.
El show fué intercalado con anécdotas mayoritariamente narradas por Corea, aunque Clarke contó de su parte Argentina de familia, y White, mas timidamente, asomó con algún comentario de agradecimiento, ante su primera visita a nuestro país. A la mitad del show, un intervalo programado serviría para darle una afinada al piano, siendo el show coronado, con una versión con una intro inolvidable de Romantic Warrior, y, 500 Miles High como bis.
Para mas detalles, pueden leer una gran review del show que publicaron en el diario La Nación, acá. (No suelo recomendar notas con reviews de shows, ya que generalmente discrepo con las opiniones vertidas, pero en verdad la nota, en líneas generales, vale la pena).
Sin más, con ustedes, el video con mi registro de 12 fragmentos del show, con 500 Miles High completo, para que disfruten.