Peter Jackson nació en 1961 en Pukerua Bay, un barrio metropolitano de la ciudad de Porirua. En medio de una isla relativamente pequeña del Océano Pacífico creció uno de los directores más freaksque se ha dado a conocer en la gran industria. Y el término freak no tiene ninguna connotación negativa en este caso, ya que esta es posiblemente una de sus mayores virtudes como director: cuando Peter Jackson aborda un proyecto que le gusta, lo hace en cuerpo y alma porque es uno de esos directores que sienten una pasión desenfrenada cuando adapta un material que le gusta. En opinión de Juan Luis Sánchez y Luis Miguel Carmona, que han publicado hace poco un libro titulado Peter Jackson, de Mal gusto a El Hobbit (Ediciones Jaguar) el suyo es un caso parecido al de Guillermo del Toro, otro director que ha adaptado obras como Hellboy imitando con sus planos cada viñeta del cómic.
Los inicios y el gore
Peter Jackson, como buen hijo único, tuvo que aprender a entretenerse solo, pero en cambio, tuvo la suerte de recibir en Navidades unos regalos bastante suculentos. Con solo ocho años, sus padres le pusieron entre las manos una cámara de súper 8, con la que el pequeño fue haciendo sus primeros pinitos. Durante toda su infancia y adolescencia fue un ávido lector y un amante incondicional de la televisión, donde pudo ver la versión de RKO de King Kong, producida en 1933, y la interesante película de animación de El Señor de los Anillos dirigida en 1978 por Ralph Bakshi. Al contrario de lo que pueden pensar muchos, fue este visionado el que le impulsó, con 17 años, a leer la trilogía de libros de J.R.R. Tolkien.
Tras abandonar el colegio, empezó a trabajar en el departamento de fotografía de The Evening Post, un periódico local de Wellington. En esta misma ciudad fue donde se aventuró a grabar su primer proyecto cinematográfico: se compró su primera cámara de 16 mm, reunió a un grupo de amigos que actuaron gratis y con un puñado de dólares sacó adelante un largometraje de cine gore, que en principio iba a ser un corto. Esta es la particular historia de Bad Taste, una película que comenzó sin apenas presupuesto y sin pretensiones, y que llegó a conseguir cierta repercusión tras ser proyectada en festivales internacionales, y en unapelícula de culto dentro del género splatter. Con 23 años, lo que más disfrutaba en la vida era ver películas, y esta primera incursión no hizo más que confirmar que su verdadero sueño era crearlas.
Los pasos previos a la consagración
Fue la película Heavenly Creatures la que situó a Jackson en la escena internacional. Un trabajo en el que podemos ver a un cineasta más adulto y serio, que no renunció a su estilo ni a las temáticas retorcidas, pero que consiguió dar un paso más como profesional del sector. El film, basado en hechos reales, narra la historia de la amistad entre dos compañeras de colegio que acaban convertidas en un par de asesinas adolescentes. Con Heavenly Creatures consiguió ser nominado a los Oscar a mejor guión original y, ya de paso, descubrió a Kate Winslet, una de las mejores actrices de los últimos años.
Tras firmar la película que le dio visibilidad y tras demostrar su buen ojo para encontrar a jóvenes talentos -también lo hizo en The Lord of the Rings-, se embarcó en un falso documental sobre un cineasta neozelandés que nunca existió: Colin McKenzie. Al igual que su precisa adaptación de King Kong, este film es un homenaje a lo que más ama en el mundo: el cine.Forgotten Silver (La verdadera historia del cine, 1998)es un mockumentary que cuenta como, supuestamente, Jackson encuentra en un cobertizo de su vecina el legado de un revolucionario del cine que pasó a la posteridad sin pena ni gloria. Un divertidísimo relato de ficción en el que el director hace su particular ofrenda al mundo del cine.
Curiosamente, su salto a Hollywood estuvo a punto de ser el final de su carrera. El éxito de Heavenly Creatures allanó el terreno para conseguir la financiación de The Frighteners(Agárrame esos fantasmas), que se grabó en 1996 con dinero norteamericano, pero en tierras neozelandesas. La película, aunque conserva parte de ese estilo siniestro y divertido, es uno de sus peores trabajos y, además, fue un fracaso estrepitoso en taquilla (ese año fue la patrióticaIndependence Day la que arrasó). Por fortuna para su carrera, este descalabro provocó que los productores de la franquicia de James Bond dejaran de pensar en él como un posible candidato para dirigir Tomorrow Never Dies.
Si nos preguntáis antes de que le ficharan para El Señor de los anillos, te habría dicho que no es posible, porque salir del terreno del gore es más complicado que desencasillarse del porno. Pero lo consiguió con un entusiasmo contagioso y convincente que tras una serie de peripecias llevó al jerifalte de New Line a confiar en lo que ese neozelandés loco decía.
Adaptando a Tolkien
Pues sí, Peter Jackson consiguió lo que parecía imposible: dio el salto de un género minoritario a uno de las sagas más mainstreams de la historia del cine. Para mi, el principal merito de la carrera de Peter Jackson es que consiguió llevar al público más mayoritario una historia que, a priori, tenía un target mucho más reducido. Aunque parece que fue hace bien poco, han pasado ya 12 años desde que se estrenó The Lord of the Rings: The Fellowship of the Ring. ¿Acaso a nadie se le había ocurrido antes intentar adaptar una historia tan épica como la ideada por Tolkien? Seguro que sí, pero Jackson fue el primero que consiguió convencer a una gran productora para que pusiera el dinero necesario encima de la mesa, y, además, tuvo el valor de atreverse con una saga de libros treméndamente complicados de plasmar visualmente. Para mi, independientemente de su valor cinematográfico, el gran éxito de Peter Jackson fue conseguir llevar una historia que parecía para freaks y amantes de la fantasía épica a ser una de las sagas más populares de toda la historia del cine. Quizás, esto también sirvió para abrir camino a series como Game of Thrones.
Seguramente, este es el proyecto con el que más disfrutó; sobre todo, porque consiguió que uno de sus libros favoritos llegara a una masa de público gigantesca. Y sí, el estilo es totalmente diferente al cine gore de sus inicios, pero si nos paramos a pensar, pudo seguir disfrutando de muchas cosas igual que cuando empezó: crear monstruos -antes los marcianos de Bad Taste y luego los orcos de Moria y demás habitantes de la Tierra Media-, violencia explícita -no hay cerebros desparramándose como en Braindead, pero se me ocurren mil escenas-, efectos especiales e historias de fantasía. Peter Jackson consiguió contentar a todo el mundo con The Lord of the Rings: fue fiel a sus propios gustos, contento a los fans incondicionales de la novela de Tolkien y a la propia industria de Hollywood. Win, win, win(ganaron todos).
Y por si todo esto fuera poco, se embolsó recaudaciones millonarias (aún se mantienen en la 6ª, 21ª y la 30ª posición de las películas más taquilleras de la historia), consiguió 17 Oscar con la saga, creó un nuevo star-system - Elijah Wood, Viggo Mortensen, Sean Bean, Orlando Bloom...- y firmó algunas de las escenas de batallas más épicas e impresionantes que yo he visto en una pantalla de cine.
¿El declive de Peter Jackson?
¿Ha fracasado Peter Jackson después del éxito aplastante de The Lord of the Rings? Fracaso, desde luego, es una palabra demasiado fuerte e injusta, pero si se podría hablar de decepción. Cuandoconsultaron sobre esta cuestión al experto Luis Miguel Carmona, estas fueron sus palabras:
Hace 10 años, al acabar El señor de los anillos estaba en el "top five" de los directores en Hollywood. Tras las críticas no demasiado buenas de King Kong y sobre todo el fiasco de The Lovely Bones cayó en picado y casi nadie parecía acordarse de él. Ahora, habrá que esperar a El Hobbit para saber si recupera su fama o se da un gran batacazo (que no parece teniendo en cuenta los millones de seguidores de los anillos)En mi opinión, Jackson no ha sabido consolidar su proyecto cinematográfico después de la Trilogía del Anillo. Solo dos años después, en 2005, se puso manos a la obra con otro proyecto con un gran presupuesto: King Kong. Una película cuya versión de los años 30, producida por RKO, tuvo un significado muy especial para el neozelandés : "Me impactó tanto, quedé tan impresionado, que decidí entonces que quería convertirme en realizador de cine. Pensé: Quiero hacer películas, quiero hacer cine como King Kong. Fue algo tremendo para mí”. Le impresionaron los primigenios efectos especiales a los que recurrieron Merian C. Cooper y Ernest B. Schoedsack: stop-motion, miniaturas, sobreposición de imágenes... Una vez que hubo acabado con The Lord of the Rings, estaba en posición de exigir el dinero a una gran productora para cumplir su sueño. Con King Konghomenajeó al film original y, en parte, al propio cine clásico. La película, aunque estaba maravillosamente ambientada y recreada, no tuvo unas críticas demasiado buenas por culpa del guión y algunos personajes algo flojos como el interpretado por Jack Black.
Y llegamos al presente. Nueve años después, resucitó el universo de la Tierra Media, a pesar de que había dicho que no volvería a revisitar a Tolkien. The Hobbit: An Unexpected Journey -aquípodéis leer la crítica completa- es una película entretenida, pero que ofrece un universo poco novedoso y una historia demasiado escasa como para llenar tres películas. Sin duda, una película correcta, que contenta a los que aman este universo y, a los demás, solamente nos hace pasar tres horas entretenidas.
Mientras seguimos presenciando hacia donde se dirige el ya no tan inesperado viaje de Peter Jackson como director, a modo de despedida, os dejo con un vídeo con los cameos de Peter Jackson como actor.
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