De la gestión de color hemos hablado aquí en diversas ocasiones, y creo que ha quedado claro, pues no ha habido nunca muchas preguntas, o a lo mejor es tan complicado que no sabemos por dónde empezar y por lo tanto no sabemos qué preguntar. A lo largo de una temporada, intentaré ir aclarando todas las dudas que podemos tener desde que hacemos una fotografía hasta que la imprimimos. En este artículo sólo voy a hablar de la gestión del color en la cámara, un tema casi desconocido y sobre el que hay muchas dudas.
Cuando disparamos una fotografía, estamos decidiendo su aspecto final. Si de partida tenemos poca información de color, pocas cosas podremos hacer para conseguir una buena representación en la copia final, ya sea el papel o la pantalla del ordenador. Lo único claro es que si nunca vamos a imprimir una fotografía, los problemas se minimizan o incluso desaparecen, pues sólo tenemos que hacer una cosa: trabajar en sRGB, uno de los espacios de trabajo que son la descripción de un espacio de color.
Pero si queremos la máxima calidad, o al menos queremos imprimir unos colores aceptables, sin saltos, deberíamos tener en cuenta todas las cosas que vamos a señalar aquí. La historia es que nos podemos complicar nuestra vida fotográfica hasta límites insospechados, pero yo apuesto por un trabajo más lógico y que siempre nos dará buen resultado. Y es lo que voy a desgranar aquí, aunque abriré la caja de Pandora para los que quieran ver más allá. Eso sí, no me hago responsable de que seáis entonces vosotros los que perdáis color por no salir a la calle:
- Cuando compréis una cámara hay que comprobar los espacios de color que tiene disponibles. Normalmente, dentro del menú, hay dos. El ya mencionado sRGB y Adobe RGB 1998. Ambos son capaces de registrar exactamente los mismos colores, pero el segundo tiene mejor gradación, da menos saltos para pasar de un color a otro, es decir, tiene una gama más amplia.
- Si estamos trabajando en jpeg (vosotros mismos) o en RAW, podemos elegir entre ambos espacios en función de nuestras necesidades, como dicen en el manual, pero esto es una incongruencia que debemos evitar. Lo que seleccionemos marcará nuestra exposición, cambiará nuestro histograma, como veremos más adelante.
- El gran problema es que cuando fotografiamos en RAW, la fotografía y el histograma que vemos en la pantalla se corresponde al jpeg de esa imagen, por lo que estamos viendo algo que no corresponde a la realidad que pretendemos. Por eso es importante seleccionar siempre en nuestra cámara Adobe RGB 1998, que arrojará información más ajustada a nuestras pretensiones.
- El RAW, al ser un archivo virgen, no tiene un espacio de trabajo, y se lo podemos incrustar más tarde, durante el revelado. Y esto es algo totalmente cierto, por eso resulta tan importante el punto anterior. Muchas veces creemos que hemos clavado la exposición y en realidad, cuando abrimos el archivo, vemos que está subexpuesto. O nos llevamos la alegría del siglo cuando vemos que una fotografía que pensábamos sobreexpuesta, está perfecta. La imagen que abre el artículo es el histograma de una misma fotografía con tres espacios distintos. Fijaos si es importante tener cuidado con este aspecto.
- Para finalizar voy a tocar un tema polémico donde los haya relativo a este tema, que es la necesidad o no, de crear un perfil ICC, es decir, un espacio de trabajo dependiente de dispositivo para la cámara. Humildemente pienso que no es necesario salvo que disparemos en situaciones de luz controladas, en un estudio. No tiene sentido calibrar un dispositivo que va a tener siempre que enfrentarse a situaciones de luz distintas. Si ya es complicado crear un buen equilibrio de blancos para evitar dominantes (es otra historia), imaginaos cómo será crear un perfil.
- Hay muchos métodos para calibrar la cámara, pero uno de los que más me convencen viene de Adobe,DNG Profile Editor. No genera perfiles ICC tal como los conocemos, tal como indica J. Pereira
Los perfiles de cámara son un tipo de perfiles que contienen descripciones relativas a las transformaciones de color durante el proceso de revelado Raw.Sólo es posible hacerlo con un archivo DNG y con una carta de color Colorchecker Passport. Y por supuesto, tendremos que utilizar los programas de Adobe para revelar RAW. Como he dicho más arriba, no tiene mucho sentido utilizarlo con situaciones de luz cambiantes, pero en estudio lo veo fundamental. ¿Vosotros qué pensáis? En cuanto tengamos una de estas cartas en nuestro poder haremos las pruebas pertinentes.
Los perfiles de cámara no son sustitutivos o excluyentes de la gestión de color del ICC. Tampoco forman parte propiamente, de la definición de gestión de color tradicional, ya que son un elemento característico del revelado Raw mientras que la gestión de color propiamente dicha se encarga de las imágenes una vez reveladas.
Fuente: http://altfoto.com/2013/07/la-gestion-del-color-en-el-momento-de-la-toma
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