Todo profesional que trabaje en los campos del audiovisual deberá siempre tener un portfolio que enseñar. Antiguamente ésta era una labor que se desempeñaba revelando las fotografías e incluyéndolas en un pequeño álbum para mostrarlo después a los clientes potenciales. Hoy en día todo ha cambiado y, con la era digital, un portafolio puede ser tranquilamente un WordPress, una pequeña galería de Flickr o incluso un Tumblr con una plantilla adecuada.
Sin embargo, el contenido del portafolio es siempre un punto muy clave para cualquier fotógrafo, ¿cómo podemos seleccionar de entre nuestras fotografías, las mejores?, es como decidir a cuál de nuestros miles de hijos digitales queremos más, algo muy difícil.
Lo que se debe hacer, en primer lugar, es valorar la calidad general de las fotografías desde el punto de vista más objetivo, el técnico. Fotografías en las que interfieran elementos no deseados como tomas muy fuera de foco, aquellas que muestren trepidadación o en las que, sin darnos cuenta, se nos ha colado un flare, deben quedar eliminadas. Tras ello, debemos hacer una selección algo más refinada y descartar fotografías en las que haya pequeños detalles que no estén bien, como un encuadre desafortunado o descartando las que por nuestro conocimiento en Photoshop no seamos capaces de corregir.
Después, con las fotografías restantes, podemos decantarnos por estas dos alternativas para cerrar el álbum que será incluido en la web.
Selección ajena
Podríamos pedirle el favor a algún amigo o profesional del sector que conozcamos —un compañero de clase de fotografía o el hermano fotógrafo de un amigo, por ejemplo—, o incluso contratar a un editor fotográfico. En cualquier caso, debe ser crítico, puesto que debe valorar nuestras fotografías para determinar la calidad de las mismas sin ningún tipo de miramiento. Se trata de poder transmitir algo a alguien, ver si el mensaje de nuestras fotografías llega, si las sensaciones que queremos transmitir, en efecto, se transmiten.Selección digital
La selección digital la realizaremos ya no con una persona, sino con una máquina. Este proceso resultaría de la contratación de la cuenta de pago en una página web —véase Flickr o 500px— y empezar a publicitar nuestra galería por distintos espacios como foros, nuestro Facebook o cualquier otra red social. Es importante que enlacemos a la galería general y no a una fotografía concreta para que luego el espectador entre a las fotografías que más le llamen la atención.Así, teniendo el panel de control de la actividad en la página web, podemos ver cuáles son las fotografías más populares al cabo de uno o dos meses, y ésas serán las que seguramente causen una mejor primera impresión al público. Por supuesto, el resultado resultará más afinado cuanto más tiempo lo expongamos y más datos se recojan.
En resumen, siempre va a ser difícil poder seleccionar fotografías para nuestro portafolio, pero yo creo que lo mejor es ser muy autocrítico y poder seleccionarlas tú mismo —aunque nunca vienen mal las segundas opiniones—, valorando los resultados conseguidos y debatiendo si cumplirían la función de llamar la atención de un cliente potencial.
Fuente: http://altfoto.com/2013/08/como-hacer-un-portfolio-de-fotografia
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