Cuando llegan las fiestas invernales, muchos fotógrafos quieren sacar las luces de Navidad. Con este artículo descubrireis todos los secretos para conseguir una fotografía que podría ilustrar cualquier folleto para promocionar nuestra ciudad en invierno.
Madrid de Noche
Las luces de Navidad disfrazan todas las ciudades con luces multicolores que encantan a los niños y con el paso del tiempo pueden llegar a empalagar a los adultos. A muchos puede parecerles un gasto exagerado. Lo que nadie puede negar es que durante unos días todo parece más bonito, si las pusieran a su debido tiempo, claro. Con mis alumnos suelo ir a hacer fotos a las luces el último día de clase antes de las vacaciones de invierno. Es algo que llama mucho la atención y todos quieren tener entre sus trofeos fotográficos una buena imagen de las luces de estas fiestas. Cuando empiece los nuevos cursos en enero, y pregunte qué es lo que quieren hacer, muchos responden que les hubiese encantado sacar un buen recuerdo de las fiestas. En realidad es muy fácil, pero sacrificado. Si seguimos los pasos que voy señalar, como las migas de pan para encontrar la salida del laberinto, seguro que estas fiestas lograréis una fotografía para enmarcar.
Antes de empezar a disparar
- En este tipo de fotografía no vale la improvisación. Las noches prenavideñas son, en este lado del planeta, especialmente frías. Si no encontramos lo que buscamos, lo más seguro es que estemos pensando más en tomarnos un chocolate con churros que en estar tiritando con una cámara metálica en las manos. Por eso hay que buscar un lugar que nos permita hacer lo que queremos. Normalmente las zonas más turísticas de nuestras ciudades son las más espectaculares. Los barrios de la periferia tienen cuatro luces más puestas y para de contar. Siempre podemos hacer una ruta previa para descubrir los lugares más llamativos. A lo mejor hay una calle en particular que tiene led de varios colores o hay un centro comercial que ha tirado la casa por la ventana estas fiestas.
- Lo más importante para conseguir una buena fotografía de luces de navidad es olvidarse de las noches cerradas y disparar en la hora mágica. Este es el secreto de la fotografía nocturna. Trabajar sólo veinte minutos antes de que anochezca. Si esperamos a que la luz del cielo desaparezca, conseguiremos un fondo para nuestras imágenes totalmente insulso. En la hora mágica podemos atrapar los colores maravillosos del cielo del atardecer. El fondo no será plano. Tendrá una rica variedad de matices.
- Por eso es importante tener planificada la sesión y comprobar, en las páginas oficiales de los ayuntamientos de las ciudades, si los edificios públicos y monumentos van a lucir sus mejores galas. Antes, en época de bonanza, siempre las encendían, pero ahora es raro el día que lo hacen. Las buenas fotografías sólo salen en esos veinte últimos minutos de luz, por lo que no podemos dejar nada al azar.
Equipo
"Un buen trípode es para toda la vida"
- Sin un buen trípode no podemos hacer nada. Es inútil hacer ese tipo de fotografías si no llevamos un trípode robusto con nosotros. No valen esos trípodes baratos que son incapaces de soportar el peso de nuestra cámara. Siempre insisto en que hay que gastarse el dinero en este accesorio. Un buen trípode es para toda la vida. Yo tengo uno desde hace diez años y está como el primer día. Nunca hay que cambiarlo. Antes tuve uno que compre de oferta en un centro comercial no especializado. Cuando estuve a punto de perder mi cámara, lo tiré con mucho cuidado al punto limpio y me dije a mi mismo que nunca más. Un trípode de mala calidad es la peor inversión del mundo.
- Como estamos trabajando de noche, una cámara que responda bien con altas sensibilidades es fundamental. Aunque personalmente siempre disparo con la sensibilidad nominal. Al estar trabajando con trípode me da igual el tiempo de exposición. Y por lo que veremos más tarde, es hasta interesante poder exponer durante varios segundos. Como siempre, una cámara de sensor completo sería ideal, pero lo que digo siempre, la mejor cámara es la que tenemos. Eso sí, si tuviera controles manuales sería estupendo.
- Respecto a los objetivos, un objetivo zoom es lo más cómodo. Permite cambiar el encuadre sin tener que desplazarnos. Pero un objetivo fijo nos exigirá más, pues tendremos que elegir con cuidado el encuadre y encima nos permite mayor calidad de imagen. Es cuestión de prioridades, comodidad frente a calidad.
- Y para terminar, la ropa de abrigo. Vamos a estar bastante tiempo parados, mientras enfocamos, encuadramos y demás. Un buen abrigo es fundamental. Y unos guantes finos que nos permitan manipular la cámara; o unos buenos mitones. Y algo que se suele olvidar, el trípode tiene que tener sus patas protegidas con gomas. No os imagináis lo fríos que son.Esta protección evitará que odiemos transportarlo cuando bajan las temperaturas.
La exposición
- Bien. Hemos tomado todas las precauciones. Tenemos el equipo adecuado. Hemos preparado el encuadre. Ahora sólo nos falta conseguir la exposición perfecta. En ningún caso hay que confiar en el modo automático de nuestra cámara. En estos menesteres no sirve de nada. Lo mejor es tener una cámara con un modo de exposición manual, histograma y live view. Y sobre todo, y ante todo, medición puntual.
- El secreto es sencillo. Hay que medir la luz en la zona más luminosa del encuadre, sin tener en cuenta las bombillas. Es decir, hay que medir en su reflejo máximo. Si no lo hacemos así, corremos peligro de subexponer o quemar nuestra fotografía. En la imagen que ilustra el reportaje, que tomé hace tiempo en Madrid durante una de mis clases, medí la luz en la zona más clara de la fuente, la hermosa Cibeles. En puntual, claro está. Si no sabemos cómo hacerlo, tendremos que buscar en el manual de nuestra cámara.
- El histograma tiene que estar derecheado. Si no, tendremos muchos problemas con el ruido, pues como sabéis, siempre se esconde en las sombras, en los tonos oscuros. Como tendremos poca luz, el modo manual de exposición nos permitirá ajustarla más cómodamente. Y ya está. Sólo nos queda hacer varios disparos de prueba para conseguir la mejor fotografía posible. Será una exposición de varios segundos, mas si trabajamos con una sensibilidad baja. Esto nos permitirá registrar las estelas de las luces de los coches, con lo que nuestra fotografía resultará mucho más dinámica. Al final, uno de los disparos será la mejor fotografía que haremos de las luces de navidad. Nunca sale a la primera.
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