La carrera como director de
Peter Jackson me parece uno de los casos más particulares que hemos podido presenciar en la historia más reciente del cine. En 2003, el neozelandés se convirtió en uno de los cineastas más mediáticos y reputados gracias al triunfal cierre de la saga de
The Lord of the Rings. Con
The Return of the King se adjudicó once premios Oscar, incluyendo mejor película y mejor director, y recaudó 1.119 millones de dólares en taquilla, un dato que la mantiene como la sexta película más taquillera de todos los tiempos. Pero detrás del éxito de la Trilogía del Anillo, Peter Jackson tiene toda una carrera detrás, para muchos ignorada: el cine gore y violento, la fantasía, la ciencia ficción... ¿Cómo llegó un joven amante del cine de Nueva Zelanda -un país que carece de tradición cinematográfica- a ser
uno de los directores más rentables de la industria de Hollywood?
Peter Jackson nació en 1961 en Pukerua Bay, un barrio metropolitano de la ciudad de Porirua. En medio de una isla relativamente pequeña del Océano Pacífico creció uno de los directores más
freaksque se ha dado a conocer en la gran industria. Y el término
freak no tiene ninguna connotación negativa en este caso, ya que esta es posiblemente una de sus mayores virtudes como director: cuando Peter Jackson aborda un proyecto que le gusta, lo hace en cuerpo y alma porque es
uno de esos directores que sienten una pasión desenfrenada cuando adapta un material que le gusta. En opinión de Juan Luis Sánchez y Luis Miguel Carmona, que han publicado hace poco un libro titulado
Peter Jackson, de Mal gusto a El Hobbit (Ediciones Jaguar) el suyo es un caso parecido al de Guillermo del Toro, otro director que ha adaptado obras como
Hellboy imitando con sus planos cada viñeta del cómic.
Los inicios y el gore
Peter Jackson, como buen hijo único, tuvo que aprender a entretenerse solo, pero en cambio, tuvo la suerte de recibir en Navidades unos regalos bastante suculentos.
Con solo ocho años, sus padres le pusieron entre las manos una cámara de súper 8, con la que el pequeño fue haciendo sus primeros pinitos. Durante toda su infancia y adolescencia fue un ávido lector y un amante incondicional de la televisión, donde pudo ver la versión de RKO de
King Kong, producida en 1933,
y la interesante película de animación de El Señor de los Anillos dirigida en 1978 por Ralph Bakshi. Al contrario de lo que pueden pensar muchos, fue este visionado el que le impulsó, con 17 años, a leer la trilogía de libros de J.R.R. Tolkien.
Tras abandonar el colegio, empezó a trabajar en el departamento de fotografía de
The Evening Post, un periódico local de Wellington. En esta misma ciudad fue donde se aventuró a grabar su primer proyecto cinematográfico: se compró su primera cámara de 16 mm, reunió a un grupo de amigos que actuaron gratis y con un puñado de dólares sacó adelante un largometraje de cine
gore, que en principio iba a ser un corto. Esta es la particular historia de
Bad Taste, una película que comenzó sin apenas presupuesto y sin pretensiones, y que llegó a conseguir cierta repercusión tras ser proyectada en festivales internacionales, y en una
película de culto dentro del género splatter. Con 23 años, lo que más disfrutaba en la vida era ver películas, y esta primera incursión no hizo más que confirmar que su verdadero sueño era crearlas.
En sus siguientes proyectos se confirmó
su obsesión por los efectos especiales, algo que le maravillaba desde que vio por televisión el programa de marionetas
The Thunderbirds (1965-66). Apenas dos años después llegó
Meet the Feebles, una irreverente sátira de marionetas, y
Braindead (Tu madre se ha comido a mi perro), otra incursión en el
gore claramente inspirada por
The Texas Chain Saw Massacre (Tobe Hopper, 1974), una película prohibida en Nueva Zelanda, y que solo pudo ver tras conseguir una copia pirata. El joven Jackson quedó impresionado por el explícito realismo de la sangre. Todos estas peculiares pasiones las consiguió aunar en
Braindead.
Los pasos previos a la consagración
Fue la película
Heavenly Creatures la que situó a Jackson en la escena internacional. Un trabajo en el que podemos ver a un
cineasta más adulto y serio, que no renunció a su estilo ni a las temáticas retorcidas, pero que consiguió dar un paso más como profesional del sector. El film, basado en hechos reales, narra la historia de la amistad entre dos compañeras de colegio que acaban convertidas en un par de asesinas adolescentes. Con
Heavenly Creatures consiguió ser
nominado a los Oscar a mejor guión original y, ya de paso, descubrió a
Kate Winslet, una de las mejores actrices de los últimos años.
Tras firmar la película que le dio visibilidad y tras demostrar su buen ojo para encontrar a jóvenes talentos -también lo hizo en
The Lord of the Rings-, se embarcó en un falso documental sobre un cineasta neozelandés que nunca existió: Colin McKenzie. Al igual que su precisa adaptación de King Kong, este film es un homenaje a
lo que más ama en el mundo: el cine.
Forgotten Silver (La verdadera historia del cine, 1998)es un
mockumentary que cuenta como, supuestamente, Jackson encuentra en un cobertizo de su vecina el legado de un revolucionario del cine que pasó a la posteridad sin pena ni gloria. Un divertidísimo relato de ficción en el que el director hace su particular ofrenda al mundo del cine.
Curiosamente,
su salto a Hollywood estuvo a punto de ser el final de su carrera. El éxito de
Heavenly Creatures allanó el terreno para conseguir la financiación de
The Frighteners(Agárrame esos fantasmas), que se grabó en 1996 con dinero norteamericano, pero en tierras neozelandesas. La película, aunque conserva parte de ese estilo siniestro y divertido, es uno de sus peores trabajos y, además, fue un fracaso estrepitoso en taquilla (ese año fue la patriótica
Independence Day la que arrasó). Por fortuna para su carrera, este descalabro provocó que los productores de la franquicia de James Bond dejaran de pensar en él como un posible candidato para dirigir
Tomorrow Never Dies.
Después de este tránsito de casi quince años, consiguió cumplir su sueño y convenció a los jefazos de la productora New Line para que confiaran en él y adaptaran
The Lord of the Rings. Aunque comenzó negociando con Miramax, la productora le presionó para que hiciera únicamente una o dos películas para reducir los gastos. Seguramente aún se arrepientan por no haber confiado en él. Sin duda, como
opinan también Juan Luis Sánchez y Luis Miguel Carmona, fue su desbordante
ilusión y la confianza en sí mismo los que le llevaron a lo más alto con
The Lord of the Rings.
Si nos preguntáis antes de que le ficharan para El Señor de los anillos, te habría dicho que no es posible, porque salir del terreno del gore es más complicado que desencasillarse del porno. Pero lo consiguió con un entusiasmo contagioso y convincente que tras una serie de peripecias llevó al jerifalte de New Line a confiar en lo que ese neozelandés loco decía.
Adaptando a Tolkien
Pues sí, Peter Jackson consiguió lo que parecía imposible: dio el salto de un género minoritario a uno de las sagas más
mainstreams de la historia del cine. Para mi, el principal merito de la carrera de Peter Jackson es que consiguió llevar al público más mayoritario una historia que, a priori, tenía un
target mucho más reducido. Aunque parece que fue hace bien poco, han pasado ya 12 años desde que se estrenó
The Lord of the Rings: The Fellowship of the Ring. ¿Acaso a nadie se le había ocurrido antes intentar adaptar una historia tan épica como la ideada por Tolkien? Seguro que sí, pero Jackson fue el primero que consiguió convencer a una gran productora para que pusiera el dinero necesario encima de la mesa, y, además, tuvo el valor de atreverse con una saga de libros treméndamente complicados de plasmar visualmente. Para mi, independientemente de su valor cinematográfico,
el gran éxito de Peter Jackson fue conseguir llevar una historia que parecía para
freaks y amantes de la fantasía épica a ser una de las sagas más populares de toda la historia del cine. Quizás, esto también sirvió para abrir camino a series como
Game of Thrones.
Seguramente, este es el proyecto con el que más disfrutó; sobre todo, porque consiguió que uno de sus libros favoritos llegara a una masa de público gigantesca. Y sí, el estilo es totalmente diferente al cine
gore de sus inicios, pero si nos paramos a pensar, pudo seguir disfrutando de muchas cosas igual que cuando empezó:
crear monstruos -antes los marcianos de
Bad Taste y luego los orcos de Moria y demás habitantes de la Tierra Media-,
violencia explícita -no hay cerebros desparramándose como en Braindead, pero se me ocurren mil escenas-,
efectos especiales e
historias de fantasía. Peter Jackson consiguió contentar a todo el mundo con
The Lord of the Rings:
fue fiel a sus propios gustos, contento a los fans incondicionales de la novela de Tolkien y a la propia industria de Hollywood.
Win, win, win(ganaron todos).
Y por si todo esto fuera poco, se embolsó recaudaciones millonarias (aún se mantienen en la 6ª, 21ª y la 30ª posición de las películas más taquilleras de la historia), consiguió 17 Oscar con la saga, creó un nuevo
star-system - Elijah Wood, Viggo Mortensen, Sean Bean, Orlando Bloom...- y firmó algunas de las escenas de batallas más épicas e impresionantes que yo he visto en una pantalla de cine.
¿El declive de Peter Jackson?
¿Ha fracasado Peter Jackson después del éxito aplastante de
The Lord of the Rings? Fracaso, desde luego, es una palabra demasiado fuerte e injusta, pero si se podría hablar de
decepción. Cuando
consultaron sobre esta cuestión al experto Luis Miguel Carmona, estas fueron sus palabras:
Hace 10 años, al acabar El señor de los anillos estaba en el "top five" de los directores en Hollywood. Tras las críticas no demasiado buenas de King Kong y sobre todo el fiasco de The Lovely Bones cayó en picado y casi nadie parecía acordarse de él. Ahora, habrá que esperar a El Hobbit para saber si recupera su fama o se da un gran batacazo (que no parece teniendo en cuenta los millones de seguidores de los anillos)
En mi opinión,
Jackson no ha sabido consolidar su proyecto cinematográfico después de la Trilogía del Anillo. Solo dos años después, en 2005, se puso manos a la obra con otro proyecto con un gran presupuesto:
King Kong. Una
película cuya versión de los años 30, producida por RKO, tuvo un significado muy especial para el neozelandés : "Me impactó tanto, quedé tan impresionado, que decidí entonces que quería convertirme en realizador de cine. Pensé: Quiero hacer películas, quiero hacer cine como King Kong. Fue algo tremendo para mí”. Le impresionaron los primigenios efectos especiales a los que recurrieron Merian C. Cooper y Ernest B. Schoedsack: stop-motion, miniaturas, sobreposición de imágenes... Una vez que hubo acabado con
The Lord of the Rings, estaba en posición de exigir el dinero a una gran productora para cumplir su sueño. Con King Kong
homenajeó al film original y, en parte, al propio cine clásico. La película, aunque estaba maravillosamente ambientada y recreada, no tuvo unas críticas demasiado buenas por culpa del guión y algunos personajes algo flojos como el interpretado por Jack Black.
Tras un paréntesis de cuatro años, llegó
The Lovely Bones, un film con el que volvía a la temática fantástica que ya tocó anteriormente en
The Frighteners y
Heavenly Creatures. La historia, adaptación de la novela de Alice Sebold, cuenta la muerte de una niña de catorce años que observa como cambia la vida de sus familiares desde el cielo. A pesar de ser una película interesante, con una estética también muy particular, no terminó de acertar en términos narrativos.
Y llegamos al presente. Nueve años después, resucitó el universo de la Tierra Media, a pesar de que había dicho que no volvería a revisitar a Tolkien.
The Hobbit: An Unexpected Journey -
aquípodéis leer la crítica completa- es una película entretenida, pero que ofrece un universo poco novedoso y una historia demasiado escasa como para llenar tres películas. Sin duda, una película correcta, que contenta a los que aman este universo y, a los demás, solamente nos hace pasar tres horas entretenidas.
Mientras seguimos presenciando hacia donde se dirige el ya no tan inesperado viaje de Peter Jackson como director, a modo de despedida, os dejo con un vídeo con los
cameos de Peter Jackson como actor.
Fuente:
http://extracine.com/2013/01/el-inesperado-viaje-de-peter-jackson