Recorrimos un camino largo, pero ya está. Ya pasó.
Por momentos mas entretenido, por momentos ultra tedioso. Con algunas partes y cortes intrincadamente imposibles, y con otros de humana simpleza.
En definitiva, a pesar de lo extenso del modelo en cuanto a nivel de detalles, encontramos el final.
Lo único que quedaba era pegar la cara externa de las alas. ¡Que momento! Cuatro meses tardé en llegar a él, y si bien hay detalles que me hubiera gustado que queden mucho mejor, estoy muy conforme con el resultado final.
Nunca fui hábil para las manualidades o el bricolage, por lo que fue un gran desafío, pero con algo de maña, pude superar cada etapa hasta lograr un nivel de conformidad que me permitió no solo no prender fuego todo, sino también, mostrarles mi experiencia y los inconvenientes con los que me encontré, y que no estaban detallados en las instrucciones, para que ustedes puedan hacerlo mejor aún.
Para la terminación y mejor conservación, usé laca en aerosol satinada, que es un punto intermedio entre mate y brillante, lo que, junto a su acabado áspero, aporta a la “textura de pintado a lápiz” que tiene la maqueta. La laca además de aportar rigidéz, proteje el papel de los rayos UV, impidiendo (O al menos, retardando mucho), que se torne amarillento por la exposición a la luz solar. Otros dos factores importantes para evitar ese tono amarillo son: Utilizar buen papel, y, usar cola blanca de secado transparente.
Acá les traigo entonces, mi Tie Fighter completo. Si necesitan verlas en detalle, pueden agrandar las fotos con un click:
Ojalá les haya servido y quedado mejor que a mi. Nos vemos en el próximo proyecto!