Volvemos hoy con el tema del mundo del flash. Hemos visto ya
muchas cosas, desde los distintos tipos de flash, los accesorios más interesantes y el cuidado que hay que tener con la posición. Ahora vamos a ver lo importante que es la distancia y el tamaño aparente de la fuente de luz.
El flash portátil , sencillo y ligero,
puede cambiar totalmente el sentido de un fotografía si sabemos cómo colocarlo. Tiene el poder de convertir el día en noche y la luz en oscuridad. Todo depende la posición, como vimos anteriormente y de la distancia. También es importante la potencia del mismo y el grado de difusión. Son muchas cosas a tener en cuenta que hacen complicado entender el trabajo con la luz. Una vez dominadas, nos será difícil desprendernos de la luz portátil y querremos comprarnos uno más grande o con más posibilidades.
Distancia
La distancia del flash respecto al objeto influye en el resultado final. En el ejemplo que vamos a manejar en este artículo, un hermoso cesto de flores en mitad de un salón podemos ver el efecto que provoca colocar la luz cerca o lejos (parece que estamos en un episodio de Barrio Sésamo). Aunque parezca infantil, poner el flash cerca del objeto solamente ilumina a dicho objeto, y sume al fondo en la oscuridad de una forma mucho más sencilla, sin necesidad de colocar un fondo negro o bloquear la luz.
Sin embargo, si situamos el flash lejos del objeto, en el otro extremo de la habitación, podemos iluminar sin problemas absolutamente toda la habitación donde estemos, aunque tengamos un equipo con una potencia muy baja. Parece magia pero no lo es.
Todo depende de la famosa ley inversa del cuadrado. Si la entendemos tenemos una gran parte del trabajo hecho.
La ley inversa del cuadrado es un concepto físico según el cual al doblarse la distancia de la luz al objeto, la intensidad del flash se reduce a su cuadrado. Sin embargo, su amplitud se abre al cuadrado, ilumina cuatro veces más pero con menor intensidad. Esto explica por qué se crea esa sombra tan oscura alrededor de un objeto o sujeto cuando disparamos el flash cerca de él, por ejemplo. Si no queremos generar sombras duras, tendremos que alejar el flash. Tan sencillo y tan fácil. Pero esa sombra podemos utilizarla para generar un fondo negro detrás del sujeto.
Lo importante de toda esta historia es que
podemos situar el flash a la distancia que queramos, comprobar que conseguimos el resultado que queremos y empezar a movernos por todo el estudio o el campo o donde estemos, sin preocuparnos por cambiar la exposición, pues siempre quedará como en la primera fotografía. No os imagináis la libertad que da saber esto.
No hay límites, siempre y cuando no cambie la distancia entre el sujeto y la fuente de iluminación.
Tamaño
También tenemos que tener en cuenta el tamaño aparente de la fuente de luz. Cuánto más grande sea, menor intensidad tendrá, pero mucha más superficie iluminará.
La luz de un flash desnudo es muy dura, es decir, genera sombras muy marcadas, con una transición muy marcada. Por eso muchas veces es necesario colocar entre el sujeto y el flash un difusor, que puede ser un paraguas reflectante o traslúcido, o una ventana de luz. Las transiciones serán mucho más suaves y prácticamente desaparecen las sombras. Si usamos bien los difusores,
podemos recrear la maravillosa luz de un día nublado.
Pero hay que tener en cuenta que
el tamaño del objeto también importa y mucho. La relación entre el tamaño de la fuente y del objeto es dependiente. No es lo mismo iluminar un soldadito de plomo que a un jugador de la NBA con un flash desnudo. En el primer caso, tendremos una luz suave y envolvente, mientras que el segundo caso esa misma luz será puntual y marcará unas sombras muy profundas.
Con todas las cosas que hemos ido viendo en estos artículos podemos desempolvar nuestro flash y empezar a practicar para recrear la luz. Dentro de poco veremos cómo influyen los valores de exposición (diafragma, obturación y sensibilidad) en el resultado final.
Fuente:
http://altfoto.com/2013/04/el-mundo-del-flash-distancia-iv