Los smartphones ocupan los bolsillos de la mayoría de las personas. Cada vez ofrecen más funcionalidades y acaban absorbiendo otros productos que utilizábamos: algo que le está ocurriendo al iPod.
Siempre que se conoce la existencia de un evento de Apple, comienzan las quinielas sobre qué productos podrían ser presentados. Como siempre, en esta ocasión se barajaban muchas posibilidades. Todos estábamos convencidos de que presentarían los nuevos modelos de iPhone, aunque
algunos usuarios esperaban que apareciesen nuevos modelos de iPod o una actualización de los existentes. Nada de eso pasó, lo cual hizo que me preguntara si realmente queda sitio en el mercado para estos dispositivos.
El primer modelo de iPod fue presentado el 22 de octubre de 2001. La posición que regenta Apple en el mercado en la actualidad tiene mucho que ver con esa fecha. Sus reproductores portátiles fueron un éxito sin precedentes, convirtiéndose en la puerta de entrada para muchos usuarios al ecosistema de la compañía. De aquella, los productos de Apple no formaban parte del mainstream tanto como ahora, cuando algunos de sus dispositivos son los dominantes del sector. Los iPods catapultaron a la compañía a un nuevo lugar, introduciendo a millones de personas a su manera de hacer las cosas: hardware y software unidos para ofrecer la mejor experiencia.
Música en bolsillos
Las personas llevamos utilizando dispositivos portátiles para escuchar música desde hace décadas. Los
Walkman llegaron de la mano de Sony a finales de los años '70, un aparato al que muchos guardamos muchísimo cariño y que nos acompañó durante muchas horas y kilómetros. En aquella época la música tenía "dos caras". Los cassettes, al igual que los vinilos, eran un formato que presentaba las obras musicales de una manera dividida: Cara A / Cara B. El público y los artistas concebíamos cada "lado" del disco como algo individual, como una obra de teatro con dos actos.
En aquella época la música tenía "dos caras"
El CD llegó en la década de los '80 y con él
apareció el Discman, también de la mano de Sony. En 1984 la compañía japonesa presentaba el modelo D-50, proporcionando una nueva manera de escuchar música en movimiento. Los discos dejaron de ser obras con dos lados diferenciados, se terminaban los "enganches de la cinta" y llegaban los "rayazos" de los CDs.
Le siguieron productos como el
MiniDisc en la década de los '90, un producto que no tuvo mucho éxito pero encontró en el sector "profesional" un hueco. Proporcionaban una gran calidad de sonido y la posibilidad de grabar varias veces sin pérdida de calidad. El fracaso comercial de este formato se puede comprobar estudiando la poca cantidad de discos que se llegaron a lanzar directamente en MiniDisc.
El MP3 apareció en la misma época que el MiniDisc y en ese momento todo cambió. Los reproductores portátiles de CDs comenzaron a mutar a
"reproductores de CDs MP3", ofreciendo al principio un diseño monstruosamente gigantesco. Supusieron una auténtica revolución, ya que en un mismo CD podías llevar varios discos. Eso suponía que la música era cada vez más portátil.
Llevando esa idea un paso más adelante, comenzaron a salir los
primeros reproductores MP3. Ya no necesitabas ningún soporte físico. Poco a poco comenzaron a ofrecer más espacio de almacenamiento y mejorando el hardware. Hasta que llegamos al punto exacto donde empezaba este artículo: la llegada del primer iPod en octubre del 2001. Supuso un antes y un después de la música portátil.
Al primer iPod, capaz de almacenar 1.000 canciones, le siguieron diferentes modelos. Hay que
reseñar la inclusión de la "click wheel" en el iPod Mini, ofreciendo una manera más rápida para moverte por tu librería de música. Le siguieron productos ya icónicos como el iPod Classic, iPod Shuffle o iPod Nano. Hoy en día, los bolsillos de casi todo el mundo están ocupados por un smartphone, ¿queda espacio para los iPod y el resto de reproductores portátiles?.
Muerte de los iPods
En la actualidad,
la mayoría de las personas disponen de un smartphone. De hecho, en muchos casos sustituye al computador y es utilizado para diferentes actividades: teléfono, Internet, cámara, videojuegos, etc. Dentro de ese gran "etc." se incluye la reproducción de música, ya que la mayoría de los dispositivos disponen de software para poder escuchar música en el propio dispositivo.
¿Por qué cargar con un dispositivo extra?
En el último keynote de Apple se presentaron por primera vez dos modelos de iPhone. En la actualidad,
el refresco de la gama iPodes mucho menor que el resto de productos que ofrece la compañía y me lleva a preguntarme si estos dispositivos siguen siendo útiles en nuestro día a día. Si nuestro teléfono ya nos ofrece la posibilidad de realizar esta tarea junto a muchas otras, ¿por qué cargar con un dispositivo extra?
Cada caso es particular. Seguramente haya
muchas personas que encuentren este producto indispensable en su vida. Sobre todo, creo que sigue siendo un producto ideal para deportistas, amantes de la música y niños. Se me ocurren varios escenarios en el que el iPod puede seguir sobreviviendo:
- iPod Classic: un producto de culto. Yo cargo con uno en mi mochila porque amo su diseño y puedo tener muchos GB llenos de música sin tener que pensar en la capacidad o batería de mi teléfono.
- iPod Touch: dispositivo que tienen muchos adolescentes, los cuales no pueden permitirse un iPhone y las tarifas de datos, pero quieren tener una experiencia muy parecida.
- iPod Shuffle: ideal para deportistas que quieran salir a correr y no cargar con su teléfono.
En los próximos eventos de Apple sabremos qué planes tiene la compañía para estos dispositivos. Repito que cada persona es un mundo y seguramente haya muchas que sigan utilizando los iPods independientemente de tener un smartphone.
Personalmente, no le veo mucho futuro a los reproductores de música portátil. Los smartphones cada vez tienen más funcionalidades y creo que seguirán absorbiendo productos que hasta ahora eran indispensables en nuestra vida.
Fuente:
http://alt1040.com/2013/09/ipod