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PARA TONY ALLEN, LEYENDA DEL AFROBEAT, EL ÉXITO SOLO ES SER UN BUEN BATERISTA. Guanajuato • Brian Eno alguna vez habló de Tony Allen (Lagos, Nigeria, 1940) como el baterista más grande que haya nacido. El músico, cuando habla de la idea del éxito, no le otorga una importancia mayor: la más importante para él es ser un “buen baterista”.
Y vaya que lo ha logrado quien se considera una verdadera leyenda dentro del afrobeat, pero también en géneros como el jazz o el soul funk, y que ahora viene como uno de los protagonistas del Festival Internacional Cervantino (FIC), quien anoche hizo un repaso por su trayectoria musical en la Alhóndiga de Granaditas.
Definido como uno de los percusionistas más influyentes
en la escena musical, Allen llegó a la batería de manera un tanto accidental: en su juventud trabajó en una estación de radio como velador, y para distraerse durante las noches se acercó a los instrumentos que halló en el lugar; fue de la batería de la que se enamoró desde el primer momento.
“Cuando comencé a tocar lo hacía con la misma batería que los demás, pero sentía que algo faltaba y me puse a añadir otras partes al instrumento para poder tocar con los cuatro miembros a la vez; se trataba de eso, de hallar un lugar para todo, y por eso suena como cuatro personas tocando al mismo tiempo”, aseguró el percusionista.
Con su experiencia de más de cuatro décadas en la escena musical, Allen está convencido de que los músicos jóvenes “son muy flojos, no son disciplinados”, porque al final todo lo arreglan con los sintetizadores, y si tienen el deseo de producir buena música, “no tienen la disciplina para tocar físicamente un instrumento.
“Veo a los jóvenes solo usando una pierna en un pedal, cuando tienen dos: es como si se subieran a una bicicleta y nada más usaran un pie para pedalear, y eso no funciona tan bien”, a decir del músico, quien todo agosto se la pasó en Estados Unidos dando clases magistrales sobre cómo trabajar con las cuatro extremidades.
Recientemente publicó su autobiografía, en la que hace un recorrido por toda su trayectoria, desde sus inicios en la música, su vida en África y las evocaciones de cómo los líderes de las bandas con los que participó a lo largo de su vida se comportaban con los músicos jóvenes.
Desde su perspectiva, siempre y cuando se trabaje con disciplina, se puede tocar lo que sea; de ahí su interés porque la gente conozca su estilo, pero no para tocar como él lo hace, sino para explotar sus posibilidades “mediante la disciplina.
“Es cierto que las jóvenes generaciones solo me conocen por la colaboración con músicos populares, pero eso no tiene nada de malo, porque al final muchos llegan a conocer mi música anterior por ese camino. Lo que sí es cierto es que muchos raperos de hoy están utilizando su sampleo y esa es otra manera de conocerme: en la actualidad mucha más gente conoce mi batería por los sampleos que están haciendo los raperos”, expresó Tony Allen.
Y es que si bien su diversidad lo ha llevado por diferentes caminos, Allen no ha hecho a un lado los ritmos tradicionales africanos, como lo ejemplifican los cerca de 30 álbumes que grabó al lado de Fela Kuti, con quien le dio vida al estilo afrobeat.
“Si la gente quiere tomar mi música como expresión de libertad para los oprimidos, está bien. Yo estoy aquí para todo; por ello no tengo interés alguno en que mis discos se vendan bien, solo quiero estar completamente enfocado en la música”, añadió el músico.
Sobre su presencia en el FIC, Allen dijo estar muy agradecido, porque es una manera de que nuestro país conozca su música y que él mismo conozca otras partes del mundo; si el festival propicia eso, “lo está haciendo muy bien”.
Fuente: http://www.milenio.com/cdb/doc/noticias2011/95412b53dae0f02cc458f93ed53f82c2