El autorretrato es un tema fotográfico que suele imponer bastante. A los fotógrafos no les suele gustar demasiado estar al otro lado de la cámara, pero puede ser un ejercicio interesante.
Autorretrato de Mariell Amelie
Selfie, elegida la palabra del año 2013 por Oxford Dictionaries, el diccionario Oxford de la lengua inglesa, que apareció por primera vez en 2002 en un foro australiano, es, en su sentido estricto una autofoto realizada con un dispositivo móvil y subida a redes, aunque parece que su uso ya se ha extendido y generalizado al autorretrato, esperemos que no la sustituya, aunque yo, intencionadamente, lo esté haciendo en esta entrada. El retrato y autorretrato es uno de los grandes géneros fotográficos, complejo, de gran carga expresiva y muy intenso y hacerlo bien es complicado. Por eso vamos a ver hoy cómo mejorar tus selfies (no en sentido estricto) y convertirlos en autorretratos. El autorretrato suele imponer bastante, sobre todo cuando se empieza en el mundo de la fotografía. Siempre da un poco de miedo ponerse delante de la cámara, sobre todo cuando estamos acostumbrados a estar detrás de ella. Pero es, en realidad un interesante ejercicio, que, además de acompañar una serie de motivaciones psicológicas relacionadas con la autoestima y la confianza en uno mismo, puede ayudarnos a mejorar nuestra técnica como retratistas. ¿Hay algún reto más complicado que sacarnos bien a nosotros mismos, nuestros peores críticos?
Autorretrato de Seanen Middleton
Aunque no necesitamos un increíble estudio lleno de material y accesorios de iluminación maravillosos, hasta si nos decantamos por utilizar nuestro dispositivo móvil, algo si vamos a necesitar, como por ejemplo:
- Trípode: sobre todo para alejarnos un poco la cámara de la cara y no salir deformados (a no ser que esa sea nuestra intención). Un trípode o cualquier tipo de soporte donde podamos colocar nuestra cámara y podamos alejarnos un poco para hacer las fotos.
- Disparador: Si nos vamos a alejar podemos utilizar el temporizador de la cámara, pero podemos no llegar a tiempo, por eso un disparador, mejor inalámbrico incluso, es interesante y nos da una libertad y flexibilidad que no tenemos con el temporizador de la cámaras.
- Iluminación: Iluminar un retrato es complicado y, sobre todo si no tenemos el material, tendremos que agudizar nuestro ingenio y utilizar las fuentes de luz de las que dispongamos a nuestro alrededor (flexos, lámparas de pie, lámparas de mesa, diferentes bombillas, linternas...) que podrán ayudarnos si las utilizamos bien, claro. El kit de reflectores 5 en 1 nos ayudará a modificar al a luz, trabajar con fondos de colores neutros, utilizar las paredes blancas. Tendremos que buscar trucos para aprovechar lo que tenemos. Sobre todo la luz natural. Si vamos a hacer las fotos en exteriores debemos recordar las horas del día más interesantes desde el punto de vista de la iluminación, como la golden hour, la hora dorada, que es el amanecer y anochecer o días nublados que pueden filtrar la luz de forma interesante. En interiores podemos colocarnos cerca de la ventana y jugar con la luz que entra.
- Monitor: Más que nada por la comodidad de no levantarte entre toma y toma, si conectamos la cámara a un monitor podremos ver el resultado de la fotografía y facilitará nuestros reencuadres o movimientos para mejorar el siguiente disparo. Útil, pero no imprescindible.
Consejos:
- Con el móvil es más fácil, con la cámara frontal podemos verlo perfectamente, pero seguro que alguno de vosotros ya se está preguntando, "vale, ¿como enfoco?" Si buscas un retrato un poco más trabajado que un selfie y ya tienes el set preparado, seguramente sea un tema que te preocupe. Pues utilizar un doble, algo que sustituya a tus ojos para hacer foco ahí y que el retrato esté enfocado. Puedes hacer el foco en automático y después pasarlo a manual para colocarte delante de la cámara. Comprueba bien después de hacer la foto, porque a veces el mínimo cambio en la distancia puede hacer que el resultado sea un retrato poco nítido y tendremos que repetir.
- Si podemos probar a utilizar el modo ráfaga para hacer múltiples disparos y buscar diferentes poses, gestos, movimientos o, simplemente, para asegurarnos de salir con los ojos abiertos.
- En un autorretrato te muestras tú, como fotógrafo y como modelo, así que rompe las reglas de la composición tradicional y busca resultados diferentes: Ponte de espaldas, no saques tu cara, haz picados o contrapicados, juega con la luz, el enfoque y consigue resultados creativos que cuenten algo sobre ti. Y lo mismo cuando vayas a editar la foto: recuerda que tienes total libertad, así que utiliza aquellos ajustes que no te puedes permitir con retratos para encargos, busca, prueba, consigue personalizarlo y encontrar tu estilo reflejado en tu autorretrato.
- Ya lo insinuaba en el anterior punto, pero aquí me reafirmo. Un autorretrato debe contarnos algo que quieras exteriorizar, que no sólo lo represente, que nos lo diga a gritos a los que vemos la foto. Esto necesita un trabajo previo y una preparación, pero para conseguir expresar algún tipo de sentimiento, contar algo con la mirada, mostrarnos cómo eres con un gesto, puedes probar a pensar en cosas que te gustan, que odias, que amas, utilizar prendas que te gustan, tus complementos favoritos, apoyarte en objetos que pueden contar algo de ti.
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