¿Cuándo una fotografía es subjetiva? ¿por qué nos vemos obligados a tachar de poco ético a un fotoperiodista de guerra que realiza sus fotografías utilizando Hipstamatic o Instagram? Hoy responderemos a estas preguntas reflexionando acerca de los elementos formales de los que se compone una fotografía, y qué relación tienen estos elementos con la fotografía documental.
La semana pasada dábamos una noticia en la que comentábamos la valiente elección por parte de Michael Christopher Brown al utilizar Hipstamatic junto a su iPhone para retratar su trabajo como fotoperiodista de guerra, generando un interesante debate acerca de lo objetivo o subjetivo de una fotografía según el uso que le demos a los distintos recursos que nos ofrece la fotografía.
Para repasar un poco lo que decía, recordamos que Brown comentaba que utilizar Hipstamatic subjetiviza tanto el resultado de una fotografía como el utilizar una película en blanco y negro o una Leica, y que a pesar de ello se le tachaba de poco ético en su trabajo.
¿Creéis que le falta razón? Personalmente creo que no. Christopher habla de que el hecho de fotografiar ya es subjetivizar al dejar algo fuera del cuadro, y que aunque se intente ser realista, tener en
La subjetivización de una fotografía empieza en el momento en que la encuadramoslas manos una cámara de 10.000€ no va a hacer que tus fotografías sean más veraces, más puras ni mejores. Yo soy muy partidario de que la técnica debe adaptarse al entorno en el que se inscribe tu actividad, y que si es más cómodo tener el móvil en la mano para retratar la crueldad de la guerra, la elección se encuentra justificada. La elección de utilizar Hipstamatic ya es personal, aunque no por ello menos válida; el color forma parte de la fotografía tanto como la propia figura, y es capaz de potenciar el mensaje así como de introducir un subtexto en la captura, con el fin de intentar expresar junto a la fotografía, la opinión del autor.
Es de suponer que todos conoceréis la historia detrás de la fotografía de 'La Ejecución de Saigón', la fotografía de Eddie Adamas que le valió un Pulitzer maldito. Si bien la fotografía goza de ser una estupenda captura del crudo mundo de la guerra, absolutamente todo el mundo ignora la historia tras la misma, en la que el ejecutado era en realidad miembro del Vietcong que había entrado en Saigón con un escuadrón preparado para matar a los altos mandos de Vietnam del Sur, entre ellos al general que está apunto de dispararle. Cuando consiguieron reducirlos y frustrar su ataque, el hombre de la pistola asesina a bocajarro al hombre que tenía como misión matar al general y sus compañeros.
La fotografía ha acompañado durante toda la vida al general Nguyen Ngoc Loan, muerto en el 98, provocándole una fuerte depresión tras el cese de su actividad en el ejército e intentando ocultarse como pudo de la prensa al trasladarse a Virginia y abrir una pizzería. En 1991 se descubrió su verdadera identidad y en 1998 murió de cáncer, víctima de gran polémica.
Si bien toda esta historia no sirve para justificar los actos del general, sirve para justificar las palabras de Christopher llegando al punto en el que fotografiar uno u otro momento también cambia completamente el resultado de la fotografía, porque, ¿qué pensaríamos si en vez de atado de manos, hubiéramos visto al prisionero unas horas antes empuñando una pistola contra el general que ahora le apunta a él?
En definitiva, subjetivizar una fotografía no es pasarla por Hipstamatic o Instagram, y la fotografía documental no es una excepción. Antes que preocuparnos por los colores y el aspecto estético que presenta una fotografía, deberíamos preocuparnos por la subjetivización que realizamos al decidir qué entra y qué no entra en en el encuadre, sin tachar la labor del fotoperiodista de poco ética si tenemos en cuenta que toda fotografía es subjetiva.
Fuente: http://altfoto.com/2014/02/subjetivizacion-encuadre
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.