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domingo, 3 de agosto de 2014

Paseando por la Ciudad de Piriápolis

Atrás quedó la pequeña Atlántida, para seguir viaje hacia el este uruguayo. Hoy, llegamos a Piriápolis.

La ciudad balnearia fundada por Francisco Piria en el departamento de Maldonado, descansa a casi 100 KM de Montevideo, rodeada de cerros y a la orilla del mar, conjugando monte y playas en un paisaje cóncavo único, dado por la forma de su costa.

No voy a extenderme demasiado contándoles sobre la ciudad ni sobre su particular fundador, lo único que les voy a decir es que indaguen, (Comenzando por los links que les dejé mas arriba), ya que la historia de este pionero es muy atrapante. Recomiendo particularmente el libro “Por Los Tiempos De Francisco Piria” de Luis Martínez Cherro. Realmente, una vida de novela.

Por sus características tanto geográficas como de planificación urbana, Piriápolis vive, como ya habrán adivinado los que no conocen, principalmente del turismo.

Según mi experiencia, es el destino con la mejor relación precio/beneficios de todas las playas del este, ya que no es tan caro como los destinos venideros (De hecho, sus precios son muy comparables con Montevideo y Atlántida), y ofrece un sinnúmero de actividades y atractivos para todos los públicos: Cerros, playas, campos, castillos y hasta un pequeño puerto. Y todo en una pequeña y tranquila urbe, en donde el descanso es la prioridad.

En colectivo se llega desde la terminal capitalina de tres cruces en cuestión de una hora y media. El viaje, al menos en mi experiencia con COT, fué prácticamente en su totalidad por la costa, lo que le dió un atractivo extra.

La ciudad se recorre completamente, a buen paso, en una jornada completa de caminata. Todo está relativamente cerca, y vale la pena detenerse un poco en cada esquina, ya que casi cada rincón ofrece un pedacito tanto de historia como de los simbolismos místicos de los que tanto gustaba su fundador.

El turista encuentra en ella el tipo de albergue que desee, desde lujosos y modestos hoteles, hasta posadas, casas, departamentos, hostels y campings. La oferta gastronómica no es excepción en variedad, contando un amplio abanico entre restaurantes y puestitos de pesca artesanal en el puerto.

Durante mi visita, las nubes de febrero acompañaron, pero por suerte, clareó bastante más que los días anteriores, por lo que pude disfrutar incluso de varias horas de sol pleno.

Hacé click sobre las fotos para verlas mas grandes.
También podés verlas directamente desde Picasa.

Pero Piriápolis es mucho mas que su particular ciudad, por eso la semana que viene, continuamos el paseo por su costa. Hasta entonces.

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