Luego del agitado primer día de vacaciones, y luego de una noche de sueño absolutamente reparadora, tenía pilas mas que suficientes para salir a recorrer mi barrio montevideano favorito: Palermo.Como siempre, me levanté temprano. Me dí cuenta que el clima no era el mejor, pero así y todo me acomodé, y dispuse de mi paraguas y piloto. Si la lluvia no era muy intensa saldría igual.
Pero no. Seguíamos en Febrero y la lluvia era considerable. Tendría que quedarme bajo techo hasta que al menos, parara un poco.
Todavía recordaba el infinito manto de nubes que todo lo cubría, viéndolo desde arriba, cuando lo sobrevolamos para venir, y sabía que tenía que mentalizarme para vivir todas mis vacaciones así.
Maté un poco el tiempo acomodando mi equipaje (Al día siguiente seguiría mi viaje costero hacia el este), pero en poco tiempo me ví sin nada mas que hacer. Entonces, tuve la idea de practicar un poco mas con la cámara, (Con la cual tenía entonces apenas de un mes de convivencia), y hacer algunas tomas.
El resultado, es este que hoy les traigo.
Hacé click sobre las fotos para verlas mas grandes.
No dudé ni un minuto, era mi oportunidad de vivir esa tarde de calle que tanto ansiaba. Y si la fortuna estaba de mi lado, hasta tendría un atardecer en la costa antes de seguir viaje…
La semana que viene, disfrutá conmigo de Los Colores de Palermo…
