La punta del cabo propiamente dicha, separa las dos playas de este punto turístico, como pasa con todos los destinos uruguayos que visité.
La primera playa con la que tuve contacto, fue la oeste.
Saliendo desde la parte central y mas alejada del pueblo, llegué a ella, entre dunas claras y vegetación salvaje. La playa es muy grande y recta. y las aguas son, dentro de todo, bastante tranquilas.
Al llegar me sorprendió la quietud del lugar. Creería que es la playa menos concurrida en las proximidades de la punta del cabo.
Avanzando por la costa, y subiendo por las piedras, tomé al camino del faro, para visitar la corona del emblema principal del pueblo.
El océano verde, en contraste con las piedras rojizas, es de las conjunciones mas bellas que vi en mi vida.
Al llegar al faro, sepan que cada escalón subido vale la pena, la vista es increíble, tanto del parque, como del océano. pero no sería el único punto sorprendente, ni inolvidable.
Continué la caminata, volviendo a la costa en la playa de los pescadores, la cual conforma el inicio de la costa este. Estas playas, por tener el “centro urbano” mas cerca, son las mas concurridas, pero si seguimos avanzando conforme dejamos atrás el área de cabañas, la cosa retorna a la tranquilidad, pero eso sí, con bastante mas viento, y aguas mas furiosas.
Pero la caminata, no terminaría acá…
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También podés verlas directamente desde Picasa.
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La semana que viene, les muestro: Las dunas de Cabo Polonio…