Y desde la fantástica
ciudad de Paraná, nos dirigimos hacia el segundo de nuestros tres destinos en esta primera parte del viaje mesopotámico: La capital correntina.
La pintoresca Corrientes (en guaraní: «
Taragüí»), con sus 427 años, es la ciudad más antigua del nordeste de Argentina.
La ciudad tiene un perfil administrativo, edilicio, universitario y sanitario, con gran auge en el turismo por sus atractivos naturales y culturales. La ciudad, y por extensión, toda la provincia, fueron famosas en Argentina por sus fiestas de carnaval. Asimismo ha cobrado interés la Fiesta Nacional del Chamamé, que se realiza con gran éxito a mediados de enero desde los años 80.
Corrientes conserva el trazado, de estilo español, con calles angostas y un casco fundacional. La arquitectura desde la fundación de la ciudad, hasta el siglo XVIII, se caracterizó por construcciones modestas hechas de barro, arcilla y madera, de baja altura y por corredores externos adecuados para que circule el aire, afirmado por el historiador Fernando González Azcoaga. “Las estructuras se mantuvieron hasta el siglo XVIII cuando se introdujo la piedra, que era muy escasa en esta zona, como material de construcción. A partir de fines del 1700 se comienza a copiar los modelos de Europa (arquitectura francesa e italiana) y se deja de lado las construcciones coloniales”, afirma González Azcoaga. Un dato resaltado por el experto fue que la primera casa de dos pisos fue construida en 1798.
“Los barrios patricios se circunscribieron a los alrededores de la Plaza 25 de Mayo y hasta 1960, cuando se comenzaron a construir edificios en altura, las iglesias fueron las construcciones más elevadas e importantes de la ciudad”, indicó el historiador.
Muy relacionado al aspecto histórico aparece la perspectiva urbana y las transformaciones que sufrió la ciudad en las últimas décadas. “Los límites de Corrientes estaban establecidos hace 50 años por la avenida Teniente Ibáñez, y hacia las afueras se presentaba el sector industrial y productivo, pero la demanda habitacional y el crecimiento de la ciudad hicieron que posteriormente esos límites quedaran absorbidos por el trazado urbano”, explicó la arquitecta Silvina López. “Con el funcionamiento del Instituto de Viviendas de Corrientes (Invico), a partir de 1978, se comenzó a ejecutar grandes planes habitacionales, como por ejemplo las 1000 viviendas, y en este caso se refleja la magnitud de las obras y la necesidad de la población”, enfatizó la arquitecta.
“En el desarrollo urbano surgieron detalles que no fueron tenidos en cuenta a lo largo de la expansión ciudadana, como la ubicación geográfica de la ciudad: al estar rodeada por el río, Corrientes no puede expandirse radialmente y solamente lo hace en otras direcciones, limitada por el aeropuerto hace el este, lo que debería haber implicado otra manera de suministrar los servicios básicos, como transporte, recolección de residuos y cloacas, televisión y telefonía”, explicó López.
“La planificación urbana debe aspirar a que todos los ciudadanos puedan acceder de forma equitativa a los servicios públicos, pero con la falta de previsión se seguirán construyendo barriadas cada vez más alejadas. Eso se debe a que falta delimitar las áreas urbanas y rurales para la construcción y crecimiento de la ciudad”, agregó la especialista.
“Es muy difícil mejorar la falta de planificación existente, porque a medida que crezca la ciudad se necesitarán crear viviendas en lugares más alejados, con dificultades en la provisión de los servicios básicos". En la actualidad el crecimiento de la ciudad se da hacia el sur,a lo largo de la avenida Maipú, que representa una de las entradas a la ciudad o bien, más allá de la Ruta 12, en cercanías de la rotonda de la virgen de Itati; extendiéndose hacia la localidad de laguna brava, la situación se ve agravada por la marcada falta de construcción de viviendas y los altos precios de alquileres en los últimos años, que dio paso a construcción de muchas torres. El crecimiento desorganizado obligó a una reestructuración del trazado urbano consistente en el traslado de algunos edificios y locales, como es el caso del Mercado de frutas y verduras, las discotecas y pubs fuera del centro de la ciudad, medidas que fueron marcando el comienzo de una época de cambios donde las peatonales tomaron el carácter netamente comercial además de unir avenidas principales mediante tramos asfaltados y la reubicación de restaurantes situados sobre la ribera. Se espera que en los próximos años se puedan reubicar los edificios de la administración pública, se concrete la semaforización y reducción de tráfico en las rutas que conforman los límites de la ciudad de corrientes, tanto como la construcción efectiva de los proyectos de miles de viviendas en pos de una mejora en la habitabilidad,a través del equilibrio en el trazado urbano, buscando calidad de vida y mejores servicios de la comunidad. Sin duda estas obras representan el futuro y despegue de Corrientes, hoy todavía en desventaja comparando con otras ciudades capitales.