El largo sinuoso y pronunciado camino se deja transitar, depositándonos en una explanada entre las sierras, que hace las veces de estacionamiento. De aquí en más, tendría la experiencia mas “Simpson” de mi vida.
El Parque de Los Cocos se compone casi exclusivamente de atracciones mecánicas, del tipo “Animatronic”. La entrada es gratuita, pero, todo… TODO!, (Hasta el baño!), funciona a fichas.
Ficha mediante uno puede ingresar a cada “atracción”, abrir puertas, comprar en las máquinas del kiosko, encender una puesta en escena con movimientos luces y sonido de una improvisada coreografía mecánica, darle vida a muñecos de diferentes tamaños, activar paseos en diferentes formas de trenes y monorieles, e incluso, timers en juegos como el tiro al blanco.
Los sistemas son tan ingeniosos como bizarra su disposición. Realmente es una experiencia única y muy divertida, que causa mas gracia involuntariamente por la propia pretensión de querer ser más de lo que es, que por lo divertido de cada atracción en sí.
Es decir: Sin una cuota de complicidad por parte del visitante, la magia se rompe y no hay mucho mas para disfrutar que la propia vista del mirador.
Las fichas no son económicas, pero eligiendo bien, con una docena podemos disfrutar de cada tipo de atracción.
A esta altura te debés estar preguntando si lo recomiendo. Y la respuesta es… ¡¡Claro que si!! El parque es muy lindo, limpio y prolijo, y todo funciona perfectamente, con lo que destaco además de la buena atención de las dos o tres personas encargadas de la supervición de todo el parque, (Porque más no necesita), el impecable y silencioso trabajo del equipo de mantenimiento.
Realmente, para vivirlo.
Hacé click sobre las fotos para verlas mas grandes.
También podés verlas directamente desde Picasa.
También podés verlas directamente desde Picasa.
También dejo una vista inmersiva, que, entre las tramas y la cercanía de los objetos salió como pudo, pero, se deja
La semana que viene, nos cambiamos de cerro y visitamos el parque de la aerosilla…