domingo, 18 de marzo de 2018

Naturaleza Riojana - La Sierra de Los Quinteros

Desde que comenzamos a volver de La Costa Riojana, comenzamos acercarnos al final de este viaje, y si bien hay aún muchos mas puntos por recorrer en esta provincia, como último destino de este primer acercamiento, elegí La Sierra de Los Quinteros. ¿Quiéren saber por qué? ¡Acompáñenme!

Si bien hasta ahora el viaje por La Rioja había tenido grandes experiencias tanto en la ciudad como en sus alrededores, el circuito norte propuso varios destinos con mucho mas contacto con la naturaleza, y sentí que, a pesar de haber visitado Talampaya, necesitaba cerrar con broche de oro este recorrido.

Sabía que la Rioja podía darme una experiencia mucho mas gratificante que la vivida en Talampaya, pero mis tiempos no me permitían pasar al otro lado del Cordón de Velazco, y desde el norte venía, así que la única opción en esta oportunidad era encontrarme con alguna sorpresa hacia el sur…
¡Y el dato llegó en el momento mas oportuno! Así que el último día de mi estancia en la capital riojana, lo arrancamos bien tempranito junto al ya amigo de esta casa, Maximiliano Urbano de Travel Git, con destino a la Sierra de Los Quinteros.

El día había comenzado con un cielo bastante encapotado, pero Maxi insistía… “No te preocupes Martín, que allá es otra cosa…” Confié. La Ruta 38 nos dejaría en Patquía, en donde desayunamos rápidamente en la estación de servicio al costado de la ruta. Repasamos itinerario, y a seguir viaje por la 38, ya en General Angel Vicente Peñaloza, hasta Punta de Los Llanos.

Aquí, entre las rutas 29 y 30, llegamos a Tama, en donde un camino nos deja en la mismísima entrada de la Sierra de Los Quinteros.

Y acá sobre todo arranca la parte interesante del viaje, y para la cual uno debe ir con un conocedor de la zona. A medida que se avanza en el sendero, vamos descubriendo algunas casitas, y de repente otras callecitas, y una proveduría… Y resulta que al igual que en Valle Fértil, hay un pequeño barrio que nos da la bienvenida a la zona.

Finalmente llegamos a una tranquera, propiedad de la familia de Oscar Romero. Desde este punto emprendimos la caminata por un sendero, que en unos 40 minutos nos dejaría en el mirador llamado “De las Higueras”. El circuito es el mas corto de ambos, y por la experiencia que me contaba Maxi, fue el que elegimos para ese dia de excursión.

El paseo fue maravilloso. La vegetación abraza y en varias oportunidades tuvimos vistas del Rio de La Cañada Grande, así como compañía caprina. Incluso una posta en el camino me sorprendió de sobremanera, con algunas construcciones abandonadas hechas íntegramente de piedra.

Finalmente, asomamos la vista al balcón del mirador, directamente hacia el Dique de Olta.
Y aún quedaba mucho por vivir acá, pero, eso es parte de la próxima entrega…



La semana que viene, cerramos esta visita desde la fabulosa Quebrada del Cóndor, observando muy de cerca el majestuoso vuelo de estas aves…